Vísperas

Gloria Cepeda Vargas

A solo un día de las elecciones más perturbadoras de su historia, el país vacila bajo el manto de silencio impuesto por el Consejo Supremo Electoral. Mientras acreditados revistas y diarios foráneos informan ampliamente sobre el desarrollo de la próxima justa electoral, en Venezuela está absolutamente prohibido mencionar siquiera los nombres de los candidatos en los medios de comunicación. 39.018 mesas electorales acogerán el pronunciamiento de un electorado que se calcula en 18’802.648 de votantes, se oficializó la prohibición de porte de armas y la venta de bebidas alcohólicas desde el viernes 5 a las 6 p.m. hasta el 8 de octubre a la misma hora. Acaba de llegar a Maiquetía la Misión de Unasur en su papel de acompañante internacional en las elecciones venezolanas, la doctora Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Supremo Electoral y reconocida ficha del chavismo, reiteró su imparcialidad a la hora de conocer y divulgar los resultados de la votación y debido a los antecedentes conocidos, la mayoría de los ciudadanos, sobre todo la gigantesca masa que apoyará a Capriles, finca sus esperanzas en los teléfonos y cuentas de twitter para denunciar cualquier irregularidad. La ciudadanía también podrá dar cuenta de probables anomalías ante la Oficina de Asistencia Legal Anticorrupción con varios teléfonos a su disposición, Voto Joven pondrá a disposición del ciudadano teléfonos y direcciones de twitter y el Colegio de Abogados dará asesorías en temas electorales a través de un teléfono instalado para la ocasión. El Instituto Prensa y Sociedad Venezuela y Espacio Público contarán con una sala de denuncias a través de teléfonos y direcciones de twitter ampliamente conocidas por la ciudadanía. “El voto será emocional pero también consciente e ideológico” (“El Nacional” 6-8-12).

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Un temor hasta cierto punto bien fundado consiste en dudar de la reacción de las fuerzas armadas en caso de un hipotético triunfo de Capriles. A diferencia de las vergonzosas declaraciones del Ministro de Defensa Coronel Henry Rangel Silva en el sentido de que el ejército no reconocerá un triunfo de Capriles, el coronel Barrientos habló en nombre del contingente democrático de los hombres de uniforme asegurando que se respetará la voluntad popular. Tanto Chávez como Capriles cuentan con un número respetable de seguidores pero mientras el primero decae ostensiblemente y se aferra con desesperación a un poder que no supo utilizar, el segundo es un hombre joven que ha demostrado en exitosas gestiones de gobierno municipal y estatal su aprendizaje democrático. Nada está definido hoy sábado 6 de octubre víspera de elecciones, el cansancio del pueblo es ostensible, la ruina del país y el retroceso moral y humano de un pueblo saturado de un lenguaje que raya en la cropología, la ruina de las industrias petrolera y siderúrgica, la violencia que hierve en una de las ciudades más desguarnecidas del continente, en la profanación de las fuerzas armadas invadidas por militares y banderas cubanas, el desamparo de la salud, los servicios públicos, el despilfarro del capital petrolero intentando remediar las necesidades del extranjero mientras el venezolano languidece, la polarización criminal de una sociedad hasta hace poco casi monolítica, el vergonzoso espectáculo de una Asamblea Legislativa donde no tiene cabida más que la mayoría chavista, insultante y procaz y sobre todo la intención de imponer un régimen político inviable en el mundo y completamente reñido con la idiosincrasia del venezolano se nota sin necesidad de análisis políticos o académicos. Es un simple caso de supervivencia, un país que corrompido hasta la médula, se aferra a la última esperanza. Amanecerá y veremos.