Por: Luis Barrera
Editor Proclama del Cauca
En el Cairo, el municipio más
godo del Valle, cuentan que un conocido abastecedor cuando estaba borracho le
daba por ir con revólver en mano a desafiar la supuesta tumba de ‘Sangre Negra’,
el más cruel de los bandoleros de la violencia colombiana y solía gritarle: ¡A
ver Sangre-negra, si sos muy hombre y valiente salí, haber Sangre-negra, salí…!
Hasta que un día el sepulturero,
aburrido con el borrachito desafiante, se escondió y detrás de la tumba le
rastrilló un machete. El sorprendido borracho salió despavorido y al llegar
corriendo a pocas cuadras a una cantina, le preguntaron. ¿Qué le pasó señor,
quién lo viene persiguiendo, en qué le podemos
ayudar? El hombre bastante nervioso respondió: “Esa es mucha
irresponsabilidad del Gobierno, enterrar vivo a un tipo tan peligroso como Sangre-negra,
y todavía armado…”
Jacinto Cruz Usma fue un joven
campesino tolimense que sufrió en carne propia la violencia política por la
lucha fratricida entre los partidos Liberal y Conservador por allá entre 1948 y
1958 y entonces decidió cruzar el río para irse a la otra orilla, enrolarse en
las guerrillas como bandolero y con el tiempo convertirse en el temible Sangre
Negra que sembró de muerte y desolación vastas zonas de los departamento de
Tolima, Caldas, Huila y Valle.
Pero no fue él solo, varios
jóvenes de esa época tomaron las armas y crearon la guerrilla liberal para
luchar contra los “Chulavitas” y “Pájaros”, como se hacían llamar o llamaban a
sus adversarios conservadores. Hay que recordar también a “Dumar Aljure”,
Guadalupe Salcedo, “Desquite” “El capitán Ceniza”, por mencionar algunos. El
remoquete le caía como anillo al dedo a Jacinto Cruz Usma, eso de Sangre Negra
no era exageración, la crueldad, la sed de muerte y de venganza contra la
policía política y la guerrilla comunista lo llevaron a idearse una figura con
sello propio que denominada “corte de franela”.
Las generaciones actuales
desconocen esta historia y seguramente se preguntarán “¿eso con qué se come?”
Pues bien, Colombia es un país rico en historias truculentas, sangrientas, de
asesinatos masivos, de odios políticos, de personajes funestos y de épocas
violentas.
El ‘corte franela’ era la perversa
forma de “vengarse de los muertos” consistía en cortarle el cuello a la víctima
y por la herida sacarle la lengua que quedaba expuesta y colgando imitando una
pequeña corbata. Era tan real que cuando alguien encontraba un cadáver en estas
condiciones lo primero que pensaba o decía era “por aquí paso Sangre-negra”. En
ese tiempo los guerrilleros utilizaban fusiles, escopetas y afilados machetes
para la lucha cuerpo a cuerpo dejando caminos y senderos saturados de muerte.
En el desaparecido Armero, del
norte tolimense, se vivió con rigor esa violencia y sobre todo, la influencia
criminal de Sangre-negra y Desquite, quienes no se querían mucho que digamos.
El párroco de esa población por
allá en los años 58 - 60 era el padre Chucho Fernández, un sacerdote de armas
tomar quien se propuso reconciliarlos y luego convencerlos de que se entregaran
porque su lucha ya era infructuosa y no había motivos para continuar esa guerra
fratricida.
El padre Fernández logró ese
propósito, pero por razones del destino la entrega no se pudo realizar, porque
en una emboscada y cuando Sangre-negra iba camino al sitio convenido, la
Policía lo dio de baja en un fuerte combate ocurrido en zona rural del municipio
vallecaucano de El Cairo.
Felipe Cruz Usma y su hermano
Jacinto tenían las peores relaciones por la divergencia de criterios, de formas
de formas de actuar, y Sangre-negra había jurado matarlo cuando regresara al
pueblo. Puede decirse que eran enemigos y fue precisamente Felipe, haciendo el
papel de Judas Iscariote, quien vendió a su hermano “por unas monedas”, algo
así como 20 mil pesos de ese entonces, con lo que pagó una deuda en la Caja
Agraria.
Se dice que prácticamente se lo
entregó a la Policía porque el alcalde militar de la época de El Cairo, el
sargento William Moreno Ramos con quien había convenido y planeado todo, quería
cobrar venganza por haberle violado a su mujer.
De ascendencia conservadora, dio
muerte al hijo de un conocido jefe conservador, por lo que tuvo que cambiar de
partido, identificándose con muchos campesinos liberales, siendo reconocido como
guerrillero. Sólo se le calificó de bandolero, cuando rechazó la entrega de
armas en la primera amnistía ofrecida en 1953 por el gobierno del general
Gustavo Rojas Pinilla no sin antes haber confesado que tenía un pacto con el
diablo.
El cadáver del bandolero fue
llevado a las instalaciones del Batallón Vencedores de Cartago y se dice que ya
se encontraba en estado de descomposición. Sangre-negra murió el domingo 26 de
agosto de 1964 en el Cerro Paraguas del municipio de El Cairo al norte del
Valle.
Sangre-negra había nacido el 1 de
julio de 1932 en Santa Isabel, Tolima, medía 1.75 mts. y tez blanca. Su cédula
de ciudadanía le fue expedida el 21 de abril de 1956 cuando contaba con 24 años
de edad.
En el 2007 en Piendamó, en
momentos en que recibía dinero supuestamente de extorsiones fue capturado por
el Ejército un guerrillero identificado como Bercelio Castro, alias
"Águila Negra", jefe del frente 61 de las FARC, se le señala como el
único hijo heredero del legendario y cruel Sangre-negra.
Según informes de las autoridades
judiciales, el subversivo recluido en la penitenciaría San Isidro en Popayán
por orden del secretariado siempre mantuvo un bajo perfil, para poder movilizarse
sin problemas.
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