Reinel Gutiérrez
En estos momentos que el tema de la paz anega todo el territorio,
y que se piensa que con la desmovilización de los grupos armados todo quedará
solucionado, es bueno pensar en todos los factores que deben desmontarse.
Aquí se ha hablado de la cultura de la violencia, configurada por
las acciones trágicas diarias, la costumbre de ver que suceden, y la
cotidianidad de la forma de expresarse verbalmente sobre los acontecimientos.
Los colombianos en buena parte son agresivos al hablar, y no
tienen medición a la hora de ofender o atacar. Entonces si el propósito es
dejar de matarse unos a otros, también hay que desconfigurar el lenguaje
violento.
Un famoso y reconocido narrador radial de futbol dio tema para
este comentario, cuando transmitía el partido Colombia-Uruguay, y en el segundo
gol dijo: "James la pasa, y Teo que mete la puñalada". Con eso da a
entender que la forma de comprendernos es así, o de otro modo no hay cómo
expresar una situación.
Tratándose de un deporte, una disciplina física, y cuyos
protagonistas son los jugadores seleccionados, esa expresión es lamentable.
Tal vez esta sea la única reacción al respecto, porque para el
resto de la colectividad puede ser normal. En la descripción del futbol hay
"puñalada", "balazo", y habitualmente se oye decir que el
portero es "fusilado". Entonces manejamos el idioma de la balacera,
la pelea, el ataque, el cilindro, el tatuco, la granada, y cosas parecidas. Hay
que empezar por desmontar el lenguaje violento, pues con el
"madrazo", nadie ha podido desde hace muchos años, y es bastante el
daño que ha causado.
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