sábado, 8 de septiembre de 2012

No te olvidés de traerme tamales de pipián


Por: Luis Barrera
Editor Proclama del Cauca

Quienes alguna vez vivimos, trabajamos y mecateábamos en Popayán, siempre creímos que esta ciudad sólo era tamales y empanadas de pipián o carantanta, pues era lo cotidiano a que podíamos acceder o lo que nos ofrecían los jefes de turno en las reuniones políticas como plato oficial.

En los últimos años Popayán ha logrado un sólido posicionamiento como destino gastronómico, mejorando con ello nuestra marca-departamento y país.

Hoy en día, desde la perspectiva turística, Popayán aparece en todas las listas como una región a la que hay viajar también por su comida, captando así visitantes interesados en conocer nuestra cultura a través de nuestra cocina y esto se lo debemos gracias al empeño y logros de Corporación Gastronómica de Popayán.

De un tiempo para acá, gracias a la institucionalización formal del Festival Internacional Gastronómico, nos toca valorar la importancia obtenida en Popayán como destino turístico, antes y después del viaje, en función de su calidad gastronómica: por la reputación de su cocina tradicional, por la existencia de restaurantes de referencia o por la oferta de productos típicos.

Habiendo viajado por muchas regiones colombianas, me atrevo a decir que en Popayán y el Cauca se come muy bien. Y a buen precio.

¿Y por qué razones, en mi opinión, es la cocina caucana tan atractiva, variada e inolvidable? Aquí van algunas consideraciones:

Por la variedad de paisajes, climas, entornos: Popayán y las regiones del Cauca son, para los estándares latinoamericanos, una región relativamente grande con variedad multiculturalidad.

Tenemos una amplia variedad de climas, alturas, tipos de suelos, etc. El Cauca está bañado además por el océano Pacífico, Los ríos Cauca, el Patía, entre otros… tenemos parques naturales y reservas ecológicas, agrestes montañas, majestuosos valles, aguas cálidas, frías, etc. Todo ello, nos da una variedad impresionante de productos de la tierra y del mar. El Cauca y su capital tienen entonces, una gran despensa.

Por la riqueza del recetario regional: cada comunidad o población, cada región, prácticamente cada pueblo, tiene su plato típico que cultiva, potencia y puede ofrecer o dar a conocer a propios y extraños.

El clima, y el peso de la familia y de los amigos favorecen el momento de compartir una comida, un aguardiente de la tierra, unas rellenas, una tilapia frita o una exquisita trucha arco iris, un mondongo, o un suculento sancocho de gallina con plátanos de Padilla…

El fenómeno religioso y turístico de la Semana Santa, la creciente población universitaria, el auge comercial y el desplazamiento de miles de caucanos hacia Popayán también han ayudado mucho.

Los caucanos viajamos principalmente por nuestro departamento, pese a las dificultades de orden público, lo que ha favorecido la apertura de muchos negocios de comidas y fondas tradicionales en cada municipio.

Por haber estado cerrados durante muchos años a influencias externas: esto, claro está, tiene pros y contras. Pero desde la perspectiva de la preservación de la cocina tradicional, ha podido generar un especial arraigo de los caucanos a sus platos regionales, aunque por la situación económica pululan los restaurantes chinos y el pollo a mil.

Porque nos cuesta probar cosas nuevas: no nos convence demasiado probar platos “raros”. Los restaurantes de cocina típica, con todas sus variantes regionales, siguen siendo los favoritos y aguantan el tirón de otras cocinas tan internacionales como la italiana, china o mexicana.

Por el gran invento que es el menú del día: el tradicional "corrientazo" o el placer de sentarnos en los "mesas largas" de nuestras plazas de mercado, nos permite comer a diario fuera de casa como si estuviéramos en la nuestra, a precios razonables y además, para los pueden viajar, nos ayuda a conocer platos típicos de otras zonas.

La cocina de muchos años para acá se volvió uno de los hobbies de muchos payaneses, ya sea en la práctica o en la mera teoría: con la promoción del Festival Internacional a una buena porción le encanta ver programas de cocina, se regalan libros de recetas, o las intercambiamos con compañeros de trabajo.

Se puede entonces hablar que se está imponiendo una moda de cocina redescubriendo y reinventando los secretos que se heredaron de las nuestras sufridas y benditas abuelas, auténticas canalizadoras del patrimonio gastronómico patojo y caucano.

Como resumen, podemos decir que el momento actual de la cocina payanesa e incluso caucana, es esplendoroso, y su futuro aún más impresionante. Pero no nos durmamos en los laureles, queda aún mucho por hacer.

Este año al igual que en los años pasados, el Congreso tendrá un producto invitado, será el AGUACATE, que dispondrá de un pabellón especial, en donde además de presentar los aspectos de producción y comercialización, se llevará a cabo cocina en vivo, con preparaciones con el producto.

Pero como no solo se trata de dar a conocer nuestros platos típicos y nuestra buena comida caucana, el X CONGRESO GASTRONÓMICO DE POPAYÁN ha programado que también conozcamos la comida coreana y española. Mientras tanto, no nos queda sino decirles a quienes  por estos días visitan a Popayán, “No te olvidés de tráeme tamales de pipián”.

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