Por: Luís Barrera
La promesa de seguridad segura, seguramente será inseguridad asegurada. La inseguridad ciudadana anda disparada en el Cauca por estos días.
Actualmente, el 78% de los caucanos considera que el departamento es inseguro. Hasta hace poco más de un año, el dato no era tan elevado, apenas rozaba el 60%. Sin embargo, al mismo tiempo los índices de victimización directa, cuando una persona es víctima primaria de un delito, disminuyeron cinco puntos en el mismo período: luego de registrar el 14% en junio de 2011.
Al margen de lo que puedan indicar las estadísticas oficiales, las encuestas de opinión, lo que preocupa profundamente al ciudadano de a pié es la creciente ola delincuencial en los principales cascos urbanos y zonas rurales del territorio caucano.
Lamentablemente las medidas que se asumen después de una masacre, asalto o crimen a indefensos ciudadanos no satisfacen las expectativas que se tienen para mejorar la sensación de unas mejores condiciones de tranquilidad y convivencia terminan en que la desconfianza se convirtió en madre de la seguridad.
La inseguridad generalizada en nuestro país se va tornando gradualmente más preocupante tanto para el ciudadano común como para los funcionarios públicos, que en muchos casos son promesas de campañas políticas que no se cumplen en la realidad.
Si cambian las leyes penales, por ejemplo para la sanción y control de los menores de edad, haciéndolas más rigurosas, va a ser más fácil controlar la inseguridad en algunas poblaciones. Pero este fenómeno social en el Cauca anda disparado como una espiral inatajable pese a los esfuerzos y recursos que se destinan para combatirla y que se cuenta con los mejores hombres de las instituciones que persiguen la delincuencia y garantizan el orden público.
La inseguridad social y ciudadana es una problemática vigente en el departamento del Cauca, realidad de la cual no escapan nuestras poblaciones en mayor y menor medida. Existe por diversas causas, por ello resulta necesario enfrentar estas situaciones para encontrar una solución efectiva en cada caso, como también ver medidas preventivas contundentes para el buen desarrollo que le devuelva la confianza, la estabilidad y seguridad perdidas.
Los principales factores causantes de inseguridad en el Cauca son: Las fuertes tasas de desempleo, de empleos precarios y de actividades marginales e informales, hábitat degradado, urbanismo sin alma, discriminación entre grupos provenientes de diferentes etnias y sectores sociales, delitos urbanos, narcotráfico, minería ilegal y activa presencia insurgente.
Muy compleja y de gran reto profesional para los altos mandos militares y policivos, manejar la inseguridad en un departamento en donde hay que destacar que no sólo el tema de la pobreza es la causa de la creciente inseguridad, sino también la inequidad de la extrema pobreza con la extrema riqueza que también es lo que acrecienta los niveles de inseguridad.
Hemos mejorado los niveles de calidad y de acceso a la educación con una mayor cobertura y capacitación de los docentes, pero pareciera que los modelos de educación hubiesen fracasado en algunas regiones, en donde el estado y los gobiernos seccional y locales, hacen ingentes esfuerzos en inversiones y condiciones, pero los resultados en la formación integral y falta de oportunidades laborales efectivas para la inmensa tronera de bachilleres, tecnólogos y profesionales son negativos.
No podemos desconocer los caucanos también, que la educación tiene la función y la responsabilidad de promover en el seno de la comunidad, la capacidad de construir y defender activamente el derecho a la seguridad ciudadana como un bien público, de impartir valores, a estimular el dialogo antes que la violencia, inculcar a los niños, adolescentes y jóvenes el conocimiento, la comprensión y la defensa de los derechos humanos y de los derechos del niño.
En el abordaje del tema de inseguridad, se ha gastado mucha tinta en periódicos y valiosos minutos en la televisión y radio, en donde continuamente se presentan noticias relacionadas con hechos delictivos, crímenes, robos, desgracias, asaltos a guarniciones militares y policivas, vendettas entre mafiosos y enfrentamientos entre pandillas juveniles, que están relacionadas con poca la seguridad que perciben los habitantes en las calles y campos o el ineficiente manejo de ésta, por lo cual las condiciones de seguridad se convierten en ambiente permanente y cotidiano de inseguridad.
La seguridad es un bien público del cual tenemos derecho todos y su valor se vincula estrechamente con la calidad de vida y el bien común y frente a este problema de la inseguridad debemos tomar precauciones para no ser víctimas de los delincuentes, de acuerdo con los datos y recomendaciones formuladas por las propias autoridades.
Nuestras acciones tienen consecuencias y como sociedad debemos asumir la responsabilidad de garantizar la democracia como bien supremo de la nación. Y para que una sociedad sea democrática hace falta un compromiso con la justicia y las autoridades y que todos estamos amparados por las leyes.
Consideramos que la solución a la inseguridad está dada según cada persona, por las comunidades organizadas, las prevenciones colectivas y las reacciones solidarias. Si bien las leyes son herramientas que ayudan al control y el orden de la sociedad, hay otros métodos que aportarían soluciones a este problema que hoy en día es muy común en nuestro entorno y que la mayoría de las personas encuestadas sobre este espinoso tema en el Cauca creen que es en definitiva responsabilidad del gobierno aportar su pronto arreglo.
Lo que si debe quedar muy claro es que si no existe la colaboración afectiva con las autoridades para combatir la inseguridad, muy difícil va ser los resultados positivos porque no nos olvidemos que el mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad de los bandidos.