Por el padre Edwar Andrade Rojas
Párroco Iglesia La Trinidad, Santander de Quilichao
Estad “arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” Col. 2, 7.
A continuación se presentan los pasos a seguir para testificar de Cristo a quienes no lo han aceptado en su corazón:
1. DIOS TE AMA COMO PADRE AMOROSO, DE MANERA PERSONAL E INCONDICIONAL Él te dice: “No tengas miedo, te he llamado por tu nombre, eres mío. Vales mucho para mí, te aprecio y te amo. No temas que yo estoy contigo” Isaías 43, 1.5. Porque es eterno su amor y su fidelidad dura por siempre. Te promete: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” Juan 10,10.¿Qué te impide experimentar el amor de Dios? ¿Cómo has experimentado el amor de Dios en tu vida?
2. “Todos pecaron y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3,23). Explíquele que todos somos pecadores y por eso necesitamos a Cristo en nuestras vidas. Pregúntele: ¿Cuántos pecados cree que se necesitan para ser pecador?
3. “Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6,23). Explíquele que el pago del pecado es la separación espiritual del Señor. Dios nos regala la vida eterna y lo único que debemos hacer es aceptarla.
4. “Arrepentíos, pues, y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados” (Hechos 3, 19). Enséñele que lo primero que debemos hacer para recibir la vida eterna es arrepentirnos, es decir, lamentar nuestros pecados y tomar la decisión de dejarlos.
5. “Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre” (Juan 1, 12). Dígale que sólo se necesita recibir a Jesús (la Palabra del Padre) en el corazón para llegar a ser hijo de Dios, que no necesitamos dar nada, sólo aceptarlo a él.
6. “Mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3, 20). Explíquele que es Jesús quien nos llama y está preparando la respuesta para entrar en nuestra vida.
Es en este momento cuando la persona nos puede dar respuestas:
Vacilar: debemos hacerle comprender que está rechazando una gran oportunidad, la de recibir un regalo que Dios le da para su vida.
Decir “NO”. Debemos agradecerle su sinceridad y pedirle que lo piense un tiempo. No debemos insistir en ese momento.
Decir “SI”. Debemos acordar la siguiente cita.
7. “Porque si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó en entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación” (Romanos 10, 9-10). Es tiempo de realizar una oración de entrega de nuestra vida al Señor, de aceptación y renuncia, y de agradecimiento a Dios por su presencia en nuestras vidas. Antes de despedirse de él – ella, invítele a participar en un grupo de oración, a unirse a una comunidad, a asistir a la Eucaristía, a acercarse al sacramento de la reconciliación, comprar libros adecuados, especialmente la Biblia y anímele a leerla.
“¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Abrid de par en par las puertas a Cristo y encontraréis vida” Benedicto XVI
“Recordad cómo en otro tiempo estabais sin esperanza y sin Dios. Pero ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca” (Ef 2, 11-13).
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