domingo, 4 de noviembre de 2012

ANA SOFIA OSORIO RUIZ


Sábado 3 de noviembre, 2012
Mario Pachajoa Burbano

Amigos:

Rodrigo Valencia Quijano nos ha enviado el siguiente comentario del profesor Donaldo Mendoza sobre la payanesa Ana Sofía Osorio. La película fue escrita y dirigida por Ana Sofía Ruiz y Diego Fernando Bustamante.


Nuestros agradecimientos para Rodrigo.

Cordialmente,
***

ANA SOFIA OSORIO
Un destino anunciado

Enviado por: Rodrigo Valencia Quijano.

Amigos, envío un comentario del profesor Donaldo Mendoza acerca de la payanesa Ana Sofía Osorio, quien está triunfando como directora de la película SIN PALABRAS, estrenada en Cine Colombia. (RVQ)

ANA SOFÍA OSORIO R.,
Un destino anunciado
Por DONALDO MENDOZA

A principios de los noventas, cuando Ana Sofía Osorio Ruiz cursaba 8º grado en el Colegio San José de Tarbes, yo era el profesor de español y literatura. En mi habitual método didáctico, introducía la clase con la lectura de un texto a fin de que las alumnas interpretaran, argumentaran y fueran propositivas; para Ana Sofía esa ceremonia pedagógica era como una fiesta. Cuando le llegaba el turno de intervenir, todos asumíamos la mejor disposición para escucharla; y Ana Sofía lo hacía con tal propiedad, que en algún momento ya no era ella sino su abuela Nelly Estrada de Ruiz, dama de alta costura literaria y cultural. “Si tu abuela no existiera, tú serías su reencarnación”, le decía yo. En suma, a sus escasos 13 años Ana Sofía ya hablaba como una adulta mayor.

Desde entonces era claro que el destino de Ana Sofía se anunciaba en palabras, en lenguaje. En efecto fue así. Veinte años después aquella niña nos invita al “Pre estreno en Popayán de la Película Sin palabras, de la directora Ana Sofía Osorio Ruiz”. En Campanario, el 1º de noviembre, fue la convocatoria del que podría ser el evento cultural del año en esta ciudad.

Ana Sofía, que en veinte años hizo todos los estudios habidos y por haber sobre cine, se entrenó como directora con esta película. Para ser su obra prima, fue un reto mayor. En efecto, una historia de apariencia simple, tiene sin embargo, que invocar los poderes de otras artes para hacer de una situación de incomunicación un acto de comunicación como salvación. La película se desarrolla apelando al silencio, a simbolismos, a la desesperación del gesto, a los sonidos y a la música de fondo; en fin, toda la logística para un milagro…

Lian, una china emigrante, perdida en el centro de Bogotá, sin entender una sola palabra de español, llama la atención de un ángel que está cerca, Raúl, un empleado de ferretería. Con miradas que iban y venían se encuentran y se acercan. Y ahí empieza el desesperado proceso de hacerse entender: ella en mandarín y él en español. Y aquí el espectador avizora lo que un amor naciente es capaz de hacer, sin palabras comunes con qué avenirse. Una salida fácil hubiese sido que el sujeto dominante le enseñara al otro su lengua materna. No, eso es válido en culebrones, aquí no. La película elabora su contexto propio con valores y virtudes que son universales: el respeto, la comprensión, la ternura, la solidaridad, el amor…

No estamos ante una película patoja o colombiana; no, esta obra tiene alcance universal: recrea situaciones humanas asimilables a hombres y mujeres de nuestro mundo Tierra.

En síntesis, nada en esta película se dejó al azar. Aparte de la sutil historia, otros valores la enriquecen: fotografía, de alta resolución tecnológica, banda sonora, locaciones… y hora y media de duración que pasa como cuando uno quiere que un libro no termine. Ana Sofía Osorio Ruiz llega a Popayán como una buena noticia.

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