Luis A. Barrera M.
A tres bandas se jugó un chico de billar en Padilla con el alcalde de Padilla Armando Mina. Y fue el médico oriundo de esta población, José Ramón Burgos Mosquera, quien le recordó al presidente Santos que en 1936 su tío abuelo Eduardo Santos estuvo en ésta, la entonces zona rural de Corinto pero como candidato liberal. Juan Manuel Santos Calderón pasó a la historia de este municipio nortecaucano como el primer presidente en ejercicio que lo visita. Santos le entregó un camión eta a la alcaldía, se comprometió a donar un compactador de basuras, una máquina para la extinción de incendios, remodelar el parque Almirante Padilla y dio plazo perentorio de quince días para instalar la nueva bocatoma del acueducto. No cabe duda presidente estaba en campaña reeleccionista.
No quedó muy a gusto el alcalde de Toribío, Ezequiel Vitonás quien sostuvo que la mayor parte de los recursos del llamado Contrato Plan para el Norte del Cauca se ha centrado para responder a las necesidades de los tratados comerciales. En Padilla el mandatario expresó que “para Toribío tenemos sin resolver lo de saneamiento básico. Sobre vías terciarias no hay ningún recurso destinado. Tenemos 150 kilómetros en vías destapadas y para eso no hay nada en el ‘Contrato Plan’. Tampoco para los 17 puentes que fueron destruidos por las avalanchas, y nada para las cerca de 3.000 viviendas afectadas por la ola invernal y el conflicto armado. Yo diría que es un buen avance, pero todavía se concentran bastante los recursos en las ciudades más importantes, mientras los municipios pobres siguen siendo marginales”. Este proyecto estratégico para el Cauca, según el gobernador Temístocles Ortega Narváez “le apunta a reducir la pobreza extrema del departamento que medida en ingresos entre 2002 y 2010 pasó de 24,5% a 35,9%, lo que significa que en ese último año 470.000 caucanos no pudieron cumplir con los requerimientos nutricionales mínimos de subsistencia”. Igual tendencia siguió el porcentaje de personas en situación de pobreza, que pasó de 58,2% a 64,3%, es decir que dos de cada tres caucanos es pobre, cuando a escala nacional se redujo la incidencia de este fenómeno y, en 2010, 9 de cada 20 colombianos es pobre.
Jesús Francisco Castro Guerrero es quizá el dirigente de la costa pacífica caucana con mayor aceptación en la opinión pública gracias a su coherencia en el pensamiento político y su vehemente defensa de su olvidado y marginado litoral. “Pacho” Castro, ingeniero civil, ya está en el sonajero de los aspirantes al Congreso y aunque no ha tomado una decisión al respecto lo que sí está claro es que regresa al Partido Liberal para continuar su vocería muy autorizada sobre el litoral del Pacífico, una de las zonas más deprimidas y marginadas por el Estado y la sociedad colombiana. En este tiempo reciente, cuando las potencias del mundo deciden explotar las riquezas de la cuenca del Pacífico, nuestro litoral cobra una gran importancia por sus potenciales físicos y la recuperación del liderazgo entre sus gentes. Castro Guerrero, en su aspiración a la Gobernación del Cauca en el 2011 logró un total de 20.946 votos por el Movimiento de Inclusión y Oportunidades MIO.
Dos grandes obras deberán ejecutarse en Puerto Tejada en los tres próximos años anunció el Gobierno Nacional en el acuerdo de prosperidad llevado a cabo en Padilla. Tiene que ver con la construcción y dotación de un nuevo hospital por casi 11 mil millones de pesos y la rehabilitación de la vía Puerto Tejada - Puente Hormiguero a un costo presupuestado de 12 mil millones, como exigencia de los empresarios de la zona franca de los parques industriales para articular el compromiso del TLC con Norteamérica.
Se sigue agitando el sonajero político de las apuestas al Congreso. El director territorial del ministerio del trabajo en el Cauca, Guido Alberto Garzón Ortega, anunció que en Febrero dejará el importante cargo para definir sus aspiraciones políticas. Garzón Ortega ha sido en varias ocasiones diputado a la Asamblea Departamental y precandidato a la gobernación por el liberalismo. Muy cercano al anillo de los hombres de confianza del senador Jesús Ignacio García Valencia parece que toma distancia del jefe del liberalismo caucano y asume sus propios riesgos electorales. Aunque algunos analistas del parque Caldas sostienen y recomiendan al diligente exdiputado que como están las cosas es mejor “pájaro en mano que mil volando”.
La promesa patoja del gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, de cortarse la barba si este año no se llega a los 10 millones de sacos ha generado revuelo en Cauca y varias regiones cafeteras. Algunos dirigentes sostuvieron que aunque es muy posible que la cifra de producción sí se cumpla ante el buen clima, reconocieron que el debate debe ser de más fondo, más cuando se llevan cuatro años de bajas producciones y se está en una situación deplorable. Que el gerente se corte o no la barba, según varios dirigentes, no resuelve el problema.
Ya se autopostuló Francisco Santos a la Alcaldía de Bogotá. Y de paso reveló que el expresidente Álvaro Uribe Vélez será cabeza de lista para el Senado y aspiran al menos obtener el 30% de las curules para el Centro Democrático. En dicha lista ya suenan nombres como los de Martha Pinto, Cecilia María Vélez y Luis Alfredo Ramos, y los actuales parlamentarios Juan Carlos Vélez, Manuel E. Rosero y Miguel Gómez. “Pachito” Santos, considerado como un “pura sangre uribista” tendría muy posiblemente contendientes para suceder a Petro a destacadas figuras como Gina Parodi y Jorge Robledo.
El sector agrario ha sido una de las prioridades del presidente Juan Manuel Santos en su intención de "dejar a Colombia en paz", al punto de que impulsó en el Congreso la ley de víctimas y restitución de tierras, y tiene en consultas con las minorías étnicas el proyecto de ley de desarrollo rural. El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, es optimista con el proceso de paz que el Gobierno adelanta con las Farc. Dentro de sus ideas, las Farc vienen hablando de un "estímulo a la economía campesina y en especial a la producción de alimentos, considerando la coexistencia de diferentes modelos de producción, atendiendo regulaciones estrictas de los encadenamientos productivos". En otras palabras, consolidar la pequeña y la mediana producción de alimentos, en armonía con los grandes jugadores del sector.
Muy locuaz y asediado estuvo en tierras caucanas Luis Eduardo Garzón, quien demostró que como “ministro” del diálogo social y la movilización ciudadana significa una exitosa apuesta del gobierno a un nuevo interlocutor frente a los movimientos civiles y una pérdida de espacio para el vicepresidente Angelino Garzón. Recordemos que Juan Manuel Santos escogió a Angelino Garzón como su fórmula presidencial por la ascendencia del sindicalista ante las bases sociales. Su presencia en la campaña sirvió para que el actual mandatario se acercara a las clases populares y dialogara con la sociedad civil de manera más fluida. Al exalcalde de Bogotá le ha ido muy bien en el entendimiento con los movimientos sociales – indígenas del Cauca, sectores de la Marcha Patriótica, estudiantes, sindicatos y gremios – y de trasladar sus inquietudes al gobierno nacional.
Gustavo Wilches-Cháux, especialista en gestión del riesgo y gestión ambiental, líder en la reconstrucción tras los terremotos de Popayán (1983), Tierradentro (1994), y en el del Eje Cafetero (1999), fue director del SENA del Cauca, de la Corporación Ecofondo y de la Corporación NASA KIWE, autor de más de 20 libros y consultor nacional e internacional sobre la materia. Señaló que “la inversión de 500 mil millones de pesos que el gobierno nacional ha comprometido para los 13 municipios del norte del Cauca es bienvenida, importante y necesaria. Pero hoy la causa inmediata de la guerra no son las necesidades básicas insatisfechas de la población, sino la disputa por el control territorial que pretenden ejercer grupos armados ilegales y posiblemente otros intereses que se benefician indirectamente del traumatismo generado por los ataques guerrilleros.” Para Wilches-Cháux, los recursos que el Gobierno destinó para el Cauca deben servir para apoyar procesos de organización y de desarrollo endógeno definidos, liderados y protagonizados por las comunidades urbanas y rurales, que reciban un apoyo integral del Estado y no al contrario, a las cuales ojalá se vinculen también la cooperación internacional y el sector privado. A propósito aclaramos que para el departamento de Nariño el Gobierno destinó 1.5 billones pero 64 son los municipios que tienen dos retos, ejecutar el Contrato Plan y manejar responsablemente los recursos de las regalías.
El hombre confiable y funcionario destacado de la administración distrital del alcalde Petro ha sido el negro Asprilla. Guillermo Asprilla Coronado, secretario de Gobierno de Bogotá desde mayo de 2012. Bogotano de 52 años, abogado de la Universidad Nacional con maestría en análisis de problemas económicos y políticos. Padre de dos hijos, ya profesionales con su fallecida esposa Luz Elena. Vivió su infancia en el departamento del Chocó junto con sus padres; hijo de madre blanca y padre afrocolombiano. En 1991 fue asesor de la Asamblea Nacional Constituyente, la cual, al cierre de sus sesiones, lo eligió como miembro de la Comisión Especial Legislativa, conocida como El Congresito, en cuyo seno se distinguió como vocero de la izquierda democrática. Fue miembro de la Alianza Democrática M-19 y entre los años 1992-1993 integró la dirección colegiada del M-19. Luego ingresó al Polo Democrático, por el que se lanzó en vano al Concejo de Bogotá en 2007 (obteniendo 7.558 votos). Gustavo Petro lo ha encargado de la Alcaldía Mayor en varias ocasiones.
Juan José Cháux Mosquera, exgobernador del Cauca, quien fue investigado por supuestos vínculos con grupos paramilitares y cuyo llamado a juicio por la Corte Suprema de Justicia fue anulado, es de los dirigentes políticos con mayor número de amigos que aun gratamente creen en sus calidades humanas e intelectuales y le siguen guardando entrañable afecto. Cháux Mosquera, de recordada actuación en el Congreso de la República siempre se destacó por su oratoria y amable cordialidad. Sus fieles seguidores lo visitan asiduamente y reconocen sus aportes por sus gestiones en favor de las distintas regiones del departamento. Al exsenador, líder y jefes políticos de todo el departamento lo continúan consultando sobre su pensamiento y opinión del acontecer político; como heredero natural de un tradicional legado político sigue siendo factor influyente del acontecer político del Cauca.
Un exministro de ancestro caldense se está perfilando en círculos empresariales y políticos como posible candidato presidencial dentro de una eventual tercería política ante la profunda división que devora como un cáncer al Partido de la U y la polarización política. Se trata del exministro de Hacienda Antonio José Ocampo, nacido en el Valle del Cauca pero hijo de caldenses emparentados con don Sinforoso Ocampo, un pionero del desarrollo nacional de comienzos del siglo pasado y quien ocupó la cartera de Hacienda. Según El Nuevo Siglo, a Ocampo lo apoyaría el movimiento alternativo que nació el año pasado y que, se presume, será la plataforma para impulsar una especie de tercería política que en los comicios de 2014 surja como alternativa real en un partido que se está polarizando entre santismo y uribismo.
El gobierno del presidente Santos con sus asesores ha modificado mediante el diálogo franco su percepción sobre la problemática indígena en el Cauca. Parece que por fin se dieron cuenta de que el movimiento indígena, sus exigencias y su disponibilidad para la acción pacífica son un valioso potencial para la solución y no un obstáculo. Los acontecimientos tensos que vivió el Cauca con los indígenas en Toribío constituyeron un mensaje claro para los colombianos y para quienes en el mundo se interesan por comprenderlos: no puede haber más dilaciones, es preciso buscar el camino de la solución consensuada del conflicto y esa solución no podrá llegar mediante el escalamiento de la guerra, sino por los caminos de la política. Hoy vemos unos pueblos indígenas también comprometidos y exigentes frente al tema de la paz.
Dirigentes políticos han vuelto a llamar a atención sobre la preocupante dificultad que aún persiste en algunos sectores de la geografía caucana para adelantar proselitismo político. Muy especialmente en los territorios del Litoral Pacífico, el sur del Cauca y el Macizo Colombiano, donde operan grupos de las bacrim y de la insurgencia. Organizaciones como Human Rights Watch llevan buen tiempo llamando la atención sobre este asunto. Desde 2010, esta ONG internacional ha señalado que las bacrim no son más que herederas de los paramilitares, un resultado “predecible de una desmovilización deficiente”. Según el director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco, “operan en las mismas regiones y tienen vínculos con el narcotráfico”.
Gran parte de los análisis sobre la situación que vive el norte del Cauca se han “concentrado” en explicar por qué esta espiral de violencia tiene lugar justamente en esta región del país. La respuesta más común -y la que ya parece de consenso- es la necesidad de las FARC de proteger corredores estratégicos que van desde el norte del Cauca hasta la salida al mar en Guapi o en Buenaventura, a través de los cuales circulan armas y drogas ilícitas para fortalecerlas militar y económicamente. Sin embargo esta perspectiva desestima otros objetivos estratégicos de las FARC en el resto del país, al suponer que esta organización es primordialmente un cartel del narcotráfico, cuya preocupación fundamental es sostenerse como máquina de guerra. Sostuvo, por el contrario, el politólogo Jorge Mantilla, que “el despliegue militar de las FARC en el norte del Cauca responde a un afán centrífugo, cuyo propósito es re-articular sus frentes o efectivos entre el occidente y el sur del país, para recuperar posiciones en el Tolima y el Huila.”
Edgar Iván Ramos Torres, presidente de la Asamblea departamental anunció que la corporación está atenta a todas las iniciativas que redunden en beneficio de todos los caucanos y que exigirá mayor atención del gobierno seccional especialmente para los sectores de salud y vivienda. Ramos Torres, ha sido alcalde del municipio de Jambaló, Cauca, año 86-87 y fue el primer alcalde popular (candidato único) del mismo municipio, año 88-90, también ha sido coordinador del Programa Mundial de Alimentos en zona campesina del departamento del Cauca y llegó a la duma departamental por el Movimiento Social Independiente.