Walter Aldana Q.
Waldana2@hotmail.com
Columnista- Enero 26-2013
El señor alcalde del municipio de Tuchin, Córdoba, Eligio Pestana, clamó al Gobierno Nacional porque este impidiera la llegada del sombrero ‘voltiao’ chino, ya que está acabando con los ingresos de los artesanos que por más de trescientos años adornan las cabezas de propios y extraños en las festividades realizadas en nuestra Costa Caribe.
Esta prenda que pasó de ser abrigo sencillo de los campesinos e indígenas de Córdoba y Sucre, voló como el vallenato hasta tomarse toda la geografía patria, convertirse desde las planicies de San Andrés de Sotavento, entre otros sitios, en orgullo y EMBLEMA Nacional como nuestras bellas orquídeas. Inicialmente de color blanco por no conocerse las técnicas de la pintura hasta evolucionar su producción, hoy caracterizado por ser de color blanco o negro, dicen quienes saben del tema que los más finos y costosos son aquellos que tienen 19, 21, 23 e incluso 27 vueltas.
Producido con una fibra proveniente de una palmera conocida como CAÑA FLECHA, estos elementos que tienen su origen en la cultura ZENÙ donde alcanzan precios que van desde los cuarenta mil pesos como es el caso de aquel de quince vueltas hasta los de trescientos o cuatrocientos mil pesos elaborados obviamente por encargo, se enfrentan hoy con los producidos en serie industrial por los chinos en fibra sintética y a un valor no mayor de quince mil pesos.
De igual forma, cuentan que a la Arenosa, a la linda Barranquilla, llegaron en los primeros días de sus carnavales MARIMONDAS elaboradas por los chinos, lo que generó la ira de los pequeños artesanos productores de este tradicional símbolo de las festividades. Y en las horas en que se daba apertura al jolgorio, los comerciantes informales optaron por incautar el producto y quemarlo.
Dos pequeños asuntos que no importan a los ‘Ardila Lule’ de este país, al fin y al cabo ellos no hacen ni sombreros voltiaos ni marimondas, pero en la Costa Atlántica muchos compatriotas ya entendieron cómo es eso del Tratado de Libre Comercio y cómo les va a ir a los pequeños y medianos productores.
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