Por: Amylkar Acosta Medina
(Miembro de Número de la ACCE)
El mismo Gobierno que en su momento quiso descalificar a los críticos de su reforma tributaria simple y llanamente por anticiparse a develar esta realidad que ahora reconoce, recurre al ardid de tratar de hacer creer que ya se alcanzó la meta de su Plan de Desarrollo Prosperidad para todos de producir un millón de barriles diarios, cuando ello no es verdad. El propio Presidente Santos le dio la albricia al país desde el lacerado Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina: “ayer pasamos la producción del millón de barriles. Esta es una buena noticia”. Esta sí que es una falacia: la meta del Gobierno en su Plan de Desarrollo no es producir un millón de barriles en un solo día, sino producir un millón de barriles promedio diario. Con razón el diario El Tiempo acotó la noticia propalada en el sentido que “hay que aclarar que el promedio de un millón de barriles diarios que el Gobierno se fijó aún no se alcanza”.
Pero, ¿cuál es la verdad verdadera que se oculta tras el efectismo mediático de esta “buena noticia”? Que el 29 de diciembre se alcanzó un pico de producción de 1.015.000 barriles de producción, así como otro día cualquiera del mismo mes se había alcanzado la producción de 1.025.000, pero el mes completo terminó, según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) con una producción promedia diaria de 984 mil barriles, 1.44% más que el mes anterior y 5.81% por encima de la producción del mismo mes el año anterior. Se calcula que el año de 2012 cerraría con una producción promedia al día de 944.000 barriles, para un 3.19% mayor que en 2011.
Este es el mismo caso de la meta de un solo dígito de la tasa de desempleo; no se trata de que en un mes o varios meses dicha tasa sea de un solo dígito, el objetivo es el de una tasa de desempleo de un solo dígito sostenible en el tiempo, que no se va a alcanzar con tasas de crecimiento del PIB por debajo del 4% y con el débil crecimiento de la industria del 1%. Del mismo modo, mientras no se cuente con nuevos hallazgos que permitan reponer las reservas que se extraen, pretender hacer parte del club de las grandes ligas de países productores de más de un millón de barriles y, lo que es más importante, permanecer en él es una utopía. Mientras las reservas de crudos con las que cuenta el país, que superan ligeramente los 2.000 millones de barriles, seguirán siendo modestas y, claro, a mayor rata de producción durarán menos. Por ello, el énfasis de la política del Gobierno debe ponerse en la búsqueda del oro negro en procura de mayores reservas, en lugar de obsesionarse con la producción de mayores volúmenes de crudo.
Los esfuerzos en materia de exploración que vienen haciendo ECOPETROL y las demás empresas petroleras en el país van en la dirección correcta; la última ronda en la que la ANH subastó varios bloques en el país y la positiva respuesta que tuvo muestran que Colombia sigue siendo atractiva de allí también el hecho de que un alto porcentaje de inversión extranjera directa (IED) se ha venido orientando hacia el sector de petróleo y minas (65%). 37 empresas interesadas, entre las cuales figuran además de ECOPETROL grandes multinacionales, presentaron propuestas sobre 49 bloques de 115 que ofrecía en primera instancia la ANH -porque posteriormente fueron adjudicados 50 de los 66 que habían quedado disponibles-, lo cual ha sido catalogado como un éxito por los entendidos en el tema.
Las nuevas tecnologías, particularmente la de la fracturamiento hidráulica que permite la explotación de los esquistos, amplían las fronteras y a ellas hay que apostarle, como lo pretende hacer el país. Colombia, hasta donde se sabe, tiene un gran potencial en hidrocarburos no convencionales, especialmente en el Magdalena medio, La Guajira y el pie de monte llanero. De hecho ECOPETROL en asocio de la SHELL y la EXXON, que ya disponen de la tecnología y la experticia para su desarrollo, le están apostando al mismo. Pero hasta que no se encuentre, se extraiga, no sin antes tomar las previsiones medioambientales del caso y se bombee a través de los oleoductos no podemos cantar victoria. Todavía es muy temprano para hacer cuentas alegres.
Además, no se puede hacer abstracción de las nuevas realidades en el mercado de los hidrocarburos, en el que EEUU empieza a jugar un rol de la mayor importancia, precisamente por el auge de los hidrocarburos no convencionales. En los últimos años EEUU ha aumentado sensiblemente su producción de petróleo y gas, su dependencia es cada vez menor y dado que es el mayor consumidor de hidrocarburos en el mundo ello ya está reconfigurando este mercado. De ello debe tomar nota Colombia, habida cuenta que EEUU sigue siendo nuestro principal mercado tanto para las exportaciones de petróleo como de carbón, que también está viendo restringida su demanda por la sustitución que viene haciendo del consumo de carbón en sus térmicas por el shale gas, abundante y barato. El cambio en su matriz energética va a tener una enorme repercusión en el mercado de los hidrocarburos, al punto que según la Agencia Internacional de Energía (AIE) “EEUU, que actualmente importa alrededor del 20% de sus necesidades totales de energía, se convierte casi totalmente en autosuficiente en términos netos”. Es más, según la misma agencia EEUU se convertirá en un futuro próximo en el principal productor de crudo para el 2017, por encima de Arabia Saudita.
Riohacha, enero 19 de 2013
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