Reinel Gutiérrez
La paz no es que sea esquiva o
que ninguna persona la disfrute. Sí prevalece en algunos sectores de todas las
ciudades colombianas, para referiros únicamente a nuestro país.
Está en aquellos barrios donde la
gente vive feliz, agradecida, disfrutando de sus haberes y teneres.
En esos sectores exclusivos nunca
atracan en la esquina para robar el celular, los niños rosaditos juegan en los
parques, en los juegos y la piscina sin el temor de que venga un "lobo
feroz".
Tampoco allí asesinan a un policía,
ni hay pandillas degeneradas que se enfrentan entre sí. Las familias son bien
organizadas, como ejemplo de cultura y buenas maneras. Nunca un esposo le pega
a su doncella, y no hay escándalos por infidelidades. Estos lugares no brindan
noticias de primera página para un diario dedicado a la crónica roja.
Es un remanso de tranquilidad
pues no hay ese afán de conseguir el pan nuestro de cada día, como sucede en
los arrabales donde la paz no aparece por parte alguna.
¿Qué hacen estas personas para
que les llegue la paz? ¿Será que oran con fe? ¿Trabajan muy fuerte? ¿Nunca le han
robado a nadie, porque el que obra bien le va bien? “Nacieron con estrella,
pero ¿quién se las puso?". Allí de todas maneras hay mucha calma a
diferencia de los otros sectores en donde abunda la fatiga, el desespero, y la
violencia que altera el cuerpo y el espíritu. ¿Será que la oración no surte el
mismo efecto en el estrato uno, que en el seis? Tendrán los insatisfechos que
tomar el ejemplo de las "gentes de bien", que sobre-protegidas por el
manto de la paz, se dan el lujo de vivir pacíficamente en medio de un
convulsionado país.
De todas maneras en ciertos
lugares sí hay paz, y se vive con tranquilidad sin preocupaciones. Entonces los
demás, los de la fatiga y el desespero diario tendrán que, por lo menos imitar
a los decentes y pudientes.
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