CRÓNICAS de Jaendor (1)
POR
LIC. JAVIER ENRIQUE DORADO MEDINA
Correo electrónico: jaendor70@hotmail.com
La tarde quilichagueña del viernes 31 de agosto de 2012, fue muy
radiante y esplendorosa, por culpa del bendito Niño, que ahora nos tiene en sus
dominios, quién sabe hasta cuándo. Pero por culpa del “inquieto” Elkin Burbano
y su grupo, como desde ahora lo llamo, esa tarde fue inolvidable, pues según
sus buenos oficios de gestor cultural (casi que escribo de manager, gracias
Dios mío, por avisarme), el “inquieto” nos trajo esta vez desde nuestra vecina
Cali, a Sofía Carvajal Ríos, “comunicadora social, melómana y caminante”, como
ella misma se describe, a orientar una conferencia sobre su libro “El Piropo en
Cali, entre el halago y el insulto”, en la sede de la Universidad del Cauca.
Motivado e invitado por el “inquieto” (foto), esa tarde llegué muy
puntual, a la 4 en punto, al estilo inglés, como siempre lo he hecho en toda mi
vida, porque sé que la “puntualidad es cortesía de los reyes”. En la puerta de
entrada, saludé al doctor Hardy Ambuila, quien de manera muy efusiva me comentó
que iba también a la conferencia. Entramos a la Universidad, al sitio acordado,
situado en el corredor izquierdo de la misma, donde a esa hora se encontraban
pocos asistentes y pensé “será que nadie va a venir, pero el tema es muy
importante y además, es gratis”. Fui a saludar al “inquieto”, quien de
inmediato me presentó a la linda y bella Sofía, quien con su prístina sonrisa
iluminó todo el recinto de manera mágica. También me presentó a la coordinadora
de la sede de la Universidad del Cauca.
Siendo las 4 y 15 minutos, comenzó la conferencia, precedida por
los respectivos actos de presentación de Elkin y la coordinadora. Cuando le
tocó el turno a Sofía (foto), aludiendo al trabajo de investigación que ella hizo en
la ciudad de Cali sobre el influjo del piropo en los espacios públicos, al instante
el recinto se iba colmando poco a poco, con personas de todas las clases
sociales, quienes seguíamos embelesados con su disertación y su esplendorosa
sonrisa. A la media hora, todo el espacio disponible ya estaba ocupado y
entonces observé algo curioso: la mitad del público era de adultos, hombres y
mujeres pendientes del tema y la otra mitad, de estudiantes jóvenes, “sardinas
y sardinos”, como ellos dicen, juiciosos y atentos, deleitándose y aprendiendo
con el tema de la tarde.
Los que tuvimos la fortuna de estar en la conferencia, aprendimos
bastante acerca de las particularidades del piropo, sus clases (elegante y
morboso), su origen, debido a tres causas: por la tradición familiar, por su
relación con la hombría y por los amigos, lo mismo que algunos datos curiosos
acerca del mismo, como por ejemplo: su origen italiano, el experimento hecho en
Cali, cuando una estudiante, bien bonita y con vestidos tentadores, en solo 20
minutos, en el Paseo Bolívar, escuchó 55 piropos y luego, ella misma, hizo idéntico
recorrido, con ropas normales, sin maquillaje y solo le dijeron 5 piropos.
También se comentó el hecho social de ser considerada Cali, como ciudad de
mujeres bonitas, y que los caleños, por ende son autores intelectuales de
muchos piropos, por esa causa, estando ya establecido esa circunstancia en el
imaginario social de esa ciudad en toda Colombia.
Desde luego que no podía faltar el análisis y selección de algunos
piropos, como por ejemplo: “así como camina, me le como hasta el pegao”, “adiós
chocolate dulce” (aludiendo a una trigueña), “mamita rica para darte lengua”
(morboso), “pantalón caliente, pan caliente” (obsceno), “adiós mona sintética,
adiós hombre simbólico”, “¿quién pidió pollo?”, “adiós pollo” (piropos a los
hombres). En este punto, hubo la participación de Marino Orejuela, muy conocido
en el ambiente cultural quilichagueño.
Por último, hubo la presentación de un audiovisual explicativo del
tema, el cual fue del agrado de los asistentes. De esta manera, transcurrieron
90 minutos de un tema interesante, divertido y polémico y actual, que hizo
pensar a un auditorio ávido por aprender algo nuevo, gracias al “inquieto”
Elkin, y su grupo y la Universidad del Cauca. A propósito: ¿qué sería de la
vida sin un piropo? Gracias Sofía por compartir tus experiencias.
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