Por Jeison Stiven Molina
El siglo que estamos viviendo se
ha caracterizado por muchas cosas y producto del ritmo vertiginoso con que
suceden los hechos no alcanzaríamos a denotar en esta columna todos esos
sucesos que han marcado lo trasegado de este siglo. Pero quiero detenerme
específicamente en un tema y es el de las TIC, tecnologías de la información y
la comunicación, hago hincapié en este punto por la razón fundamental de querer
hacer un reconocimiento a aquellos dirigentes que aprovechan esta herramienta
vanguardista, para dar a conocer que hacen en aquellas labores publicas que sus
electores les han encomendado y desnudar a quienes en forma torpe las excluyen
de su accionar político.
El alcalde de Miranda, Walter Zúñiga,
el ingeniero James Guillermo Mina alcalde de Villa Rica y el parlamentario
Carlos Julio Bonilla son algunos de los abanderados, que entienden de la
necesidad de rendir informe permanente sobre aquello que realizan y lo hacen a
través de los medios de comunicación, de esta manera sacan ventaja ya que,
primero hacen sonar su nombre y segundo revelan lo que realizan en beneficio de
sus comunidades. Para ellos un aplauso porque entienden, que como hombres públicos
se deben a un pueblo que los eligió, por tanto, tienen el deber de contarles cómo
los representan y en qué los están beneficiando.
Quiero hacer un apartado porque
los personajes anteriormente nombrados se han asesorado de muy buenos grupos de
comunicaciones, en el caso de Bonilla Soto asesorado por nuestro gerente David
Luna, el burgomaestre de los mirandeños por los miembros de medios locales e
integrantes de este diario y en el caso del alcalde James Guillermo por dos
experimentados y reconocidos periodistas, Alfredo viveros y el ‘girasol’ del
periodismo villaricense Sulay Gómez. Insisto en que a estos mentados políticos
hay que reconocerles el hecho de contar con los medios, respetando los
criterios periodísticos, pero informando y rindiendo cuentas a sus electorados.
Muy bien por ello.
El chisme es una tradición de
generación a generación que se trasmite con más fuerza que las actividades
folclóricas; el chisme, el bochinche, hoy son parte fundamental de Puerto Tejada
y todo lo que relaciona a la administración local, dado que sucede un fenómeno
poco común en estos tiempos, no hay una voz oficial que cuente qué se hace, qué
sucede, ni nada, lo cual pone a los funcionarios desde alcalde Gustavo Hincapié
hacia abajo, incluido el grupo de asesores que pueda tener, en el ojo del
huracán comunitario producto de la desinformación total en la que está Puerto Tejada,
seguramente saldrán voces de protesta con respecto a mis afirmaciones, pero no
hay cómo sustentar que se rinden informes a la comunidad en general.
Producto de la labor
investigativa que se realiza en el periodismo, conozco de aquello que se hace
por el bien del municipio, pero el ciudadano del común, ése que anda a pie,
esperando soluciones tangibles, desconoce en su totalidad de alguna buena labor
que hayan realizado aquellos que hoy dirigen a Puerto Tejada y si no me creen,
hagan la encuesta; podría hasta sugerir la pregunta: ¿sabe usted qué ha
realizado en lo corrido del año la administración por mejorar el municipio? Las
respuestas dirán que no miento.
Sólo hago esta observación y
anticipo en mi deber periodístico, que la administración del señor Gustavo Hincapié
ha realizado grandes esfuerzos y está obteniendo victorias las cuales dan
respiro a un pueblo azotado, pero son victorias anónimas que no podemos
disfrutar como tales, porque no tenemos quien nos las cuente.
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