Reinel
Gutiérrez
Para empezar hay que hacerse la siguiente pregunta: ¿Qué se
necesita para elevar una cometa, que sea Agosto, o que haya viento?. Esta
inquietud surge al ver que en Popayán transcurrida mas de la mitad del mes de
Septiembre, todavía hay verano, y los vientos siguen fuertes.
Recorriendo la zona adonde las personas salen para divertirse, éstas
han estado desoladas, y entonces la razón es que no elevan cometas simplemente
porque Agosto ya pasó.
En nuestro modesto entender se deduce que para elevar una cometa lo
que se necesita es viento, y no hacerlo es condicionamiento mental.
Ese fenómeno ocurre en todos los campos y es aprovechado para
obtener ganancias en el campo laboral, amoroso, militar, cultural y político.
Las gentes por generaciones quedaron condicionadas a votar para
siempre por ciertos jefes, a obedecer insanas prácticas, a hacer siempre las
mismas cosas etc. Hay condicionamiento cultural, educativo, militar, y hogareño
que es como una atadura que no deja avanzar.
Salirse de la costumbre, del hábito y hasta del vicio resulta un
imposible, y esa actitud es el terreno abonado de la falta de progreso, de la imposibilidad
de cambiar e innovar. Si los caucanos se atrevieran a elevar la cometa aunque
no sea agosto, seguramente otro panorama se tendría.
"LOS FUFURUFOS"
Aprovechando que se acaba de inventar el silenciador para
licuadoras, el cual contribuye a mermar la contaminación por ruido, ya se pudo
en la casa utilizar el aparato sin despertar a los vecinos, ni hacerlos lanzar
palabras groseras como protesta, así como sucede en cafeterías, restaurantes y
residencias particulares, cuando alguien decide preparar un jugo.
La vieja licuadora que sonaba como un tren, un avión de guerra, o
un ventarrón ahora trabaja tranquila, silenciosa, de allí que decidimos
emplearla para este comentario, insertando en el mismo vaso varios temas.
Un amigo, dice que la cama es el dolor de cabeza, pues allí se
llevan todos los problemas que quiebran la cabeza, allí se padece el insomnio, también
se goza y se pelea. Entonces se le aconsejó, como solución, que venda la cama.
Y hablando de algo que a todos va a suceder, como lo es la muerte,
en forma coloquial a ese acontecimiento tan serio, muchos lo definen con frases
curiosas como "colgar los guayos", o "estirar la pata".
Claro que eso no se menciona en la sala de velación, porque allí se usa es,
deceso, descanso en paz, fallecimiento, y terminación de la vida.
Y como este comentario se redacta en Popayán, hay que decir que la
recreación permanente para los habitantes de la ciudad es algo lamentable. Como
no hay grandes espectáculos artísticos, folclóricos o culturales, entonces las
personas tienen que divertirse oyendo a la loca Ligia insultando al alcalde, o
al abogado de corbata que "calentón" también saca a flote la hoja de
vida de los políticos.
Los payaneses tienen que divertirse viendo como la policía sube
carros mal estacionados a una grúa, también cuando hay choque de vehículos
atropello de personas, borrachos alegando en los parques, diciéndose apodos
como "caretrompada", u oyendo en una larga fila a la señora mas habladora
que sabe de todo, desde cómo se quita el dolor de estomago, se elimina la contaminación
de axilas y pies, hasta la manera de lograr el pacto de paz en Colombia. A
todos estos ingredientes le agregamos el equivalente en género que tienen las
"fufurufas", que son los "fufurufos", o sea aquellos
sujetos que pasan divertidos la vida, y que la sociedad no los juzga en lo mínimo.
Si son ellas, entonces se les cataloga de malas, dañadas, "jodidas",
andariegas, "casquisueltas". Pero ellos son bien vistos actuando en
el bar, la cantina, la residencia, el hotel, el motel, o en último caso donde
Rosa, con la alta, la bajita, la gorda, la rubia, la morena, en todo caso la
"alegrecita".
Gracias al silenciador enviado desde el Japón, que tal vez es el
primero que llega a Colombia, pudimos licuar con tranquilidad, y de ahora en
adelante los vecinos van a pensar que en casa del periodista no hay licuadora,
pero no es así.
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