UNA HISTORIA DE MANOS UNIDAS II
Obra de teatro, creación colectiva en
la Casa Cultural El Chontaduro, Barrio Marroquín, Cali
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Loco-mbiano
Ha
concluido el pasado viernes el XII Festival Internacional de Poesía de Cali, un
proceso que comenzó en agosto de 2011. Se retomó la idea de que los grupos que
trabajan la Poesía en la ciudad participaran en la formación de públicos y
abrieran caminos para el magno evento anual.
Tres
quijotes se reunieron una tarde y le dieron un nombre a un colectivo de
soñadores. Cali, un sueño de poesía reuniría a todos los grupos que a su modo y
ritmo tenían en su mesa diaria y comían y bebían poesía. La Momia Guisada fue quien creyó primero en
la utopía. Habría guiso manchoso, ácido y peras en dulce. Presentó en la Loma
de San Antonio una propuesta abierta a quienes acuden con sus familias a pasar
la tarde en ese elevado punto junto a la tradicional Capilla. Todo fue alegría,
compartir el guiso poético, la invención de menjurjes, la repentización de
escrituras, el competir con el viento y las cometas. Hubo alegría, la gente se
sentó sobre improvisado césped de retazos de tela. En una cuerda se fueron
colgándolos poemas que los asistentes escribieron y leyeron.
La
Pacha Mama vestida de blanco salió a
los centros comerciales y sobre tarimas brindó sobre mesas, bares, bancos,
almacenes y bulevares con Neruda, Porfirio, León de Greiff, Gloria Fuertes, Benedetti,
Vallejo, Baudelaire, Vilariño, Pessoa o A´kabal. Los oyeron alborozados y los
versos corrieron entre compras y sorprendidos visitantes. La Fundación Plenilunio se fajó con un
Poetón al pie de un Samán. Poetón fue una “tenida” continua de 12 horas en el
edificio desde donde se dirige la Cultura en la ciudad. Más de 300 personas se
acercaron a lo largo del día a oír a 63 hombres y mujeres que vinieron a
regalar de gratis sus poemas de amor, dolor, denuncia, sorna o disparates con
el único interés de compartir sensaciones.
Unos
Gatos de la estación madura
prepararon una obra teatral con dos cantantes de escuela lírica para contar otra
historia de mujer y hombre de otra manera. Maullaron y ronronearon a las 8:00
p.m. entre los bastidores de la Biblioteca Departamental. La silletería estaba
abarrotada y después hubo copa de vino. El Grupo Sábados Literarios en los bajos de un edificio abrió sus puertas a
unas 50 personas que oyeron cuentos, divagaciones literarias, un corto ensayo
sociológico, poemas en medio de una exposición caricaturesca de pintura. Una linda
camarera iba sirviendo pan de bono con aguadepanela a los oyentes. Taller de Abril, dirigido por mujeres,
se tomó el Parque de Jovita o de los jóvenes, junto al Colegio Santa Librada. Trajo
a Emily Dickinson a revivir su vida escondida y sus poemas de lirios y abejas.
Pasaron jóvenes, personajes disfrazados, el piso de cemento se llenó de
cuartillas con poemas y hubo como un mercado persa de caras pintadas, mujeres
revoltosas, idas y vueltas.
El
grupo Poesía al viento en Alto de la
Cruz organizó al llegar la noche un concurso de creación poética sobre una
tradición romántica caleña: Escríbele a
la mano negra. La iniciativa convocó
a unas 60 personas que se sentaron en redondo y hasta editaron un cuadernillo
con los nueve poemas que llegaron. Te regalo mi mano, Azabache en punto de
cruz, Amor de siglos fueron unos títulos. La Fundación de Poetas Vallecaucanos en recinto cerrado ofreció su
habitual recital mensual con una sorpresa. Poesía y música medieval con
instrumentos raros. Una chirimía antecesora del oboe, una lira antigua, una
fídula, un laúd calcado de un original grabado en piedra y unos cantos en la
bronca lengua de Oc. La Tertulia El
Palabreo, celebró sus siete años de trabajo en la Universidad Santiago de
Cali con recital en bandeja de lujo en la Biblioteca Departamental. Alas de Vida, una tertulia nueva preparó
una veintena de niños en la ciudadela Nuevo Latir en el Barrio Alfonso Bonilla
Aragón, en pleno Distrito de Aguablanca y con ellos organizó un acto cultural.
La
Casa Cultural El Chontaduro, Barrio
Marroquín, Comuna 13, presentó a varios declamadores y una obra de teatro
escrito en la modalidad de creación colectiva sobre la realidad del papel tradicional
de la mujer en Colombia. El grupo Jueves
de Centenario sirvió de enlace, animó la cohesión de todos los grupos y
abrió el blog* que registra todas las actividades realizadas en el contexto del
XII Festival.
Creatividad
literaria, diversidad de lenguajes, inclusión social, acercamiento y presencia de
la juventud, trabajo con la niñez, aprovechamiento de algunos espacios no
convencionales, fueron los distintivos del trabajo realizado por las tertulias
que decidieron presentar propuestas. La ciudad ha quedado marcada con el tinte
de la palabra y su mensaje, en el sur, el oriente, centro, occidente, norte y
el aire cibernético. Ha olido a fiesta, a color, a música y teatro, a Festival
global con utopía de quijotes.
30-09-12
10:25 a.m.
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