domingo, 30 de septiembre de 2012

UNA HISTORIA DE MANOS UNIDAS II



UNA HISTORIA DE MANOS UNIDAS II

Obra de teatro, creación colectiva en la Casa Cultural El Chontaduro, Barrio Marroquín, Cali

Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Loco-mbiano

Ha concluido el pasado viernes el XII Festival Internacional de Poesía de Cali, un proceso que comenzó en agosto de 2011. Se retomó la idea de que los grupos que trabajan la Poesía en la ciudad participaran en la formación de públicos y abrieran caminos para el magno evento anual.

Tres quijotes se reunieron una tarde y le dieron un nombre a un colectivo de soñadores. Cali, un sueño de poesía reuniría a todos los grupos que a su modo y ritmo tenían en su mesa diaria y comían y bebían poesía. La Momia Guisada fue quien creyó primero en la utopía. Habría guiso manchoso, ácido y peras en dulce. Presentó en la Loma de San Antonio una propuesta abierta a quienes acuden con sus familias a pasar la tarde en ese elevado punto junto a la tradicional Capilla. Todo fue alegría, compartir el guiso poético, la invención de menjurjes, la repentización de escrituras, el competir con el viento y las cometas. Hubo alegría, la gente se sentó sobre improvisado césped de retazos de tela. En una cuerda se fueron colgándolos poemas que los asistentes escribieron y leyeron.

La Pacha Mama vestida de blanco salió a los centros comerciales y sobre tarimas brindó sobre mesas, bares, bancos, almacenes y bulevares con Neruda, Porfirio, León de Greiff, Gloria Fuertes, Benedetti, Vallejo, Baudelaire, Vilariño, Pessoa o A´kabal. Los oyeron alborozados y los versos corrieron entre compras y sorprendidos visitantes. La Fundación Plenilunio se fajó con un Poetón al pie de un Samán. Poetón fue una “tenida” continua de 12 horas en el edificio desde donde se dirige la Cultura en la ciudad. Más de 300 personas se acercaron a lo largo del día a oír a 63 hombres y mujeres que vinieron a regalar de gratis sus poemas de amor, dolor, denuncia, sorna o disparates con el único interés de compartir sensaciones. 

Unos Gatos de la estación madura prepararon una obra teatral con dos cantantes de escuela lírica para contar otra historia de mujer y hombre de otra manera. Maullaron y ronronearon a las 8:00 p.m. entre los bastidores de la Biblioteca Departamental. La silletería estaba abarrotada y después hubo copa de vino. El Grupo Sábados Literarios en los bajos de un edificio abrió sus puertas a unas 50 personas que oyeron cuentos, divagaciones literarias, un corto ensayo sociológico, poemas en medio de una exposición caricaturesca de pintura. Una linda camarera iba sirviendo pan de bono con aguadepanela a los oyentes. Taller de Abril, dirigido por mujeres, se tomó el Parque de Jovita o de los jóvenes, junto al Colegio Santa Librada. Trajo a Emily Dickinson a revivir su vida escondida y sus poemas de lirios y abejas. Pasaron jóvenes, personajes disfrazados, el piso de cemento se llenó de cuartillas con poemas y hubo como un mercado persa de caras pintadas, mujeres revoltosas, idas y vueltas.

El grupo Poesía al viento en Alto de la Cruz organizó al llegar la noche un concurso de creación poética sobre una tradición romántica caleña: Escríbele a la mano negra. La iniciativa convocó a unas 60 personas que se sentaron en redondo y hasta editaron un cuadernillo con los nueve poemas que llegaron. Te regalo mi mano, Azabache en punto de cruz, Amor de siglos fueron unos títulos. La Fundación de Poetas Vallecaucanos en recinto cerrado ofreció su habitual recital mensual con una sorpresa. Poesía y música medieval con instrumentos raros. Una chirimía antecesora del oboe, una lira antigua, una fídula, un laúd calcado de un original grabado en piedra y unos cantos en la bronca lengua de Oc. La Tertulia El Palabreo, celebró sus siete años de trabajo en la Universidad Santiago de Cali con recital en bandeja de lujo en la Biblioteca Departamental. Alas de Vida, una tertulia nueva preparó una veintena de niños en la ciudadela Nuevo Latir en el Barrio Alfonso Bonilla Aragón, en pleno Distrito de Aguablanca y con ellos organizó un acto cultural.

La Casa Cultural El Chontaduro, Barrio Marroquín, Comuna 13, presentó a varios declamadores y una obra de teatro escrito en la modalidad de creación colectiva sobre la realidad del papel tradicional de la mujer en Colombia. El grupo Jueves de Centenario sirvió de enlace, animó la cohesión de todos los grupos y abrió el blog* que registra todas las actividades realizadas en el contexto del XII Festival.

Creatividad literaria, diversidad de lenguajes, inclusión social, acercamiento y presencia de la juventud, trabajo con la niñez, aprovechamiento de algunos espacios no convencionales, fueron los distintivos del trabajo realizado por las tertulias que decidieron presentar propuestas. La ciudad ha quedado marcada con el tinte de la palabra y su mensaje, en el sur, el oriente, centro, occidente, norte y el aire cibernético. Ha olido a fiesta, a color, a música y teatro, a Festival global con utopía de quijotes.


30-09-12                                                 10:25 a.m.

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