Walter Quiguanás
Estaba pensando cómo hacer, o qué decir para contar mi propio
accidente; como aprecian, no fue muy grave; si no, no estaría contando el
cuento.
Me acuerdo que mientras estaba en el piso de la carretera, se me
vinieron muchos pensamientos. Pensé en todas las personas de mi pueblo, pensé
en mis amistades, pensé en mi familia, pensé en Santi.
Soy de las personas que no le tengo miedo a la muerte, pero sí
tengo miedo a morir sin haber hecho lo suficiente para seguir cambiando el
mundo, especialmente el de mi pueblo.
Agradezco especialmente a las personas que me atendieron prestándome
los primeros auxilios, a los Bomberos Voluntarios por su trabajo social hacia
la comunidad; agradezco a la gente que ha estado preguntando como ha venido evolucionando
mi recuperación. Les digo que satisfactoriamente.
Con este accidente aprendí a valorar más mi vida, aunque unos años
atrás tuve la descabellada idea de suicidarme; sé que tengo mucho trabajo
social por realizar para con mi comunidad, especialmente con los adolescentes y
jóvenes silvianos. Desde ya me comprometo aún más con ellos para contribuir a
solucionar los múltiples problemas que padecen, todos sabemos a que me refiero.
Bueno, una vez más agradezco a toda mi gente silviana por el
detalle bonito de querer saber cómo estoy, a mis colegas comunicadores; sé que
no lo hacen por chisme, sino porque de verdad sienten un aprecio especial por mí.
Finalmente, agradezco a mi familia por estar pendientes de mí, a
mi madre, a mi papá, mis hermanas y hermanos, a mis tíos y tías, a mis primos,
en general a toda mi familia.
No puedo dejar de reconocer el trabajo de los doctores, enfermeras
y demás personas que laboran en el Hospital "San Carlos", hospital
donde actualmente me encuentro... De corazón, mil y mil gracias...
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