jueves, 13 de septiembre de 2012

DISFRAZ


Rodrigo Valencia Q
Especial para Proclama del Cauca
(De mi libro El Instante Abandonado)

Ilustración: Carnaval de Venecia, imagen de internet

¿Quién llama? ¿Quién abre y cierra la túnica? ¿Te escondes, vienes a mí? ¿Estás bajo el velo, mirada de gato? Máscara somos; el castillo está en fiesta mientras el corazón espía. Antifaz dorado, Venecia grita. Te busco en la taberna, la lámpara gotea vino; el altar lo adorna una garza, en la pila del centro firmamos el día. Sábanas crujen, hay voces de bosque; un gato aruña los sueños, halcones trazan caminos mientras tocamos las ánforas.

Oigo tus pies, caen nubes y plumas al lecho. El día crece, la tarde lo besa. Lágrimas no hay en esta noche de idilio; los cuerpos se brindan, desnudos tocan la fuente en la montaña de mimos. ¿Te has dado cuenta? La ortiga no llora, una danza acaricia mi libro; lo dejo al arbitrio del viento y el mar, prefiero ir contigo hasta Troya.

Un ave amarilla ilumina el cuarto, la cortina amanece. Despiertan, renuevan los besos. “Ven; mi máscara tiene sabor, tus besos alumbran; labrados tengo el rostro y el pecho. Tu mano de cobre brilla de amor, yo soy un guante de seda. Hagamos un monte, venga tu toque, labios negros. Deja a un lado tu manto; recogeré tus dedos y el grito; nadie he conocido como tú en esta existencia. Come, guarda mi rostro; magia hay en mi armario cerrado; allí dejaré mi enjambre de nada. Cuídalo hasta desaparecer; es mi única herencia porque mi disfraz lo incinero. Volveré a tus días de fiesta; el cielo me expulsa cada que llaman tus ojos, cada que tu máscara invita y renueva las risas. No lo dudes, yo volveré; mi góndola espera”.

El castillo muere en brazos del sueño, un roble recita la canción del olvido.

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