Por: Luis Barrera
Editor Proclama del Cauca
En homenaje a una de las
poblaciones caucanas que sirve como referente del progreso y desarrollo
regional, el presidente Juan Manuel Santos Calderón y la Ministra de Educación,
María Fernanda Campo Saavedra, inauguraron este 14 de septiembre en Santander
de Quilichao un nuevo mega-colegio con una inversión superior a los 10.700
millones de pesos.
La nueva institución educativa
funcionará como piloto a nivel nacional, está ubicada en predios del sector de
“Calama”, al nororiente de la ciudad y albergará a por lo menos 2.400
estudiantes; en su materialización en la primera etapa se unieron las
voluntades de los exmandatarios Guillermo Alberto González Mosquera como gobernador,
y el exalcalde Juan José Fernández Mera.
El representante liberal a la Cámara
Carlos Julio Bonilla Soto señaló “como
un día histórico para la ciudad de los samanes” la entrega de este nuevo centro
educativo que consta de 32 aulas, 16 laboratorios-talleres, canchas deportivas,
bloque administrativo, seis bloques de baterías sanitarias, una gran plazoleta,
parqueaderos, y el encerramiento y enmallado de las áreas comunes.
Obras como esta son las que
realmente demuestran un pueblo puede tener piedras, garrotes, pistolas o
cañones; aun así, si no tiene libros y espacios dignos donde estudiar sus
jóvenes está completamente desarmado.
La voluntad del gobierno nacional
y la acción visionaria de estos gobernantes y dirigentes nos están demostrando
con esta Institución Técnica Ambiental en Santander de Quilichao, que la mejor
manera de decir, es hacer. Y que la educación es la mayor herencia que se le
puede dejar a las nuevas generaciones.
Los quilichagüeños y los
nortecaucanos, con la puesta en marcha de esta nueva sede educativa, podemos
comenzar a entender que la educación y la formación son el pilar básico del
desarrollo personal y profesional de los ciudadanos del mañana y, por tanto,
esencial para la cohesión social y el bienestar.
Edificaciones de esta magnitud
son las que nos llevan a concluir que en los municipios hay que pensar en
grande y que la educación es esencial para el ejercicio de la ciudadanía
activa. La educación es el elemento que más y mejor garantiza la igualdad de
oportunidades. La educación es la mejor arma en la lucha contra la pobreza y la
exclusión social. Es, en definitiva, la mejor política social.
La buena educación de un pueblo
se ve reflejada en su grandeza. Por ello gestionar y adelantar obras
significativas como el Fernández Guerra, con el buen uso de sus instalaciones
puede llegar a significar desde esta región que la educación es el mejor
instrumento de igualación y de equidad social.
Por eso esta construcción sumada
al nuevo campus de la Universidad del Valle, donado por el Grupo Empresarial Carvajal
contribuirán de alguna manera hacia el futuro a situar la educación en el
corazón de la economía regional y ayudar a tener la formación cualificada como
garantía de empleabilidad e inclusión, con lo cual estaremos los nortecaucanos
afianzando de verdad un desarrollo sostenible.
Es la cultura y la formación lo
que debe impregnar esa nueva mirada en el norte del Cauca, porque ambas pueden
aumentar exponencialmente las expectativas de bienestar de cada ciudadano.
Lo anterior invita a trabajar no sólo
por una educación cuyos índices crezcan y crezcan numéricamente,
exponencialmente sin más, sino también por la calidad de esos índices. De nada
nos serviría mejorar los indicadores de alfabetización o lectura, las
instalaciones y laboratorios, si éstos no afectan a todas las clases sociales.
Enseñar, aprender, investigar,
practicar, emprender, innovar son caras de una misma actividad, no de
actividades enfrentadas. No sólo hay que hacer ciencia sino también formar para
la gestión de esa investigación y para la transferencia de sus hallazgos.
Necesitamos construir más puentes entre centros de formación y universidades
con los sectores empresariales e innovadores.
Muchas gracias a quienes hicieron
posible estas nuevas apuestas en la educación de los caucanos y especialmente
por las gentes de Santander de Quilichao y el norte del departamento.
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