JORGE ELIECER ORTIZ FERNANDEZ
Como en nuestro querido país pasa
de todo, no podía faltar que el gran escándalo de la semana inmediatamente
anterior y que estuvo a punto de opacar el anuncio de los nuevos diálogos de
paz, fue el castigo que el señor diputado del departamento del Huila Orlando
Ibagon propinó a su hija de 13 años, nada más y nada menos, por perder el año
escolar y falsificar su firma.
Este tema me parece de la mayor
importancia, salvo mejor concepto, si tenemos en cuenta en los escenarios que
hoy día se mueven sus hijos, nuestros hijos, vuestros hijos, escenario lleno de
violencia, sexo, consumo de licor, uso de sustancias psicoactivas, amigos de costumbres
no muy santas, en fin, todo un panorama que nos llena de preocupación cuando
los hijos salen fuera de casa a darse una “vuelta” para, des-estresarse,
termino muy común que ha tomado carrera en todos los rincones del mundo.
Pues bien, hemos sabido que la
reprimenda acompañada con unos cuantos “correazos”, está a punto de cobrarle
hasta la curul al honorable diputado cuando el presidente del Partido Liberal
ha decidido terciar, pero para sancionar al señor Ibagon; de igual manera el
ICBF participa tomando en custodia a la niña hasta tanto las autoridades asuman
el papel que les corresponda en materia de maltrato infantil.
Sobre este tema, considero, y es
mi punto de vista, como dice el refrán, “ni tanto que alumbre al santo, ni
mucho que no lo queme”; recuerdo en épocas pretéritas cuando los “viejos”
revestidos de la madurez y de la manera en que fueron formados por sus padres,
es decir nuestros abuelos, tenían como regla general, sostener en una mano el
pan y en otra el elemento que servía para corregir la actuación indebida de los
hijos, con su proceder, le entregaron a la sociedad personas de bien,
revestidas de criterio, respeto a sus semejantes y ante todo conductas de
rectitud en todos los escenarios de la vida.
Hoy no, ¡ay! del padre que se
atreva siquiera a levantar la voz a uno de sus hijos y mucho menos, como dicen
los abuelos “a sacudirles el polvo de los pantalones”, pues más temprano que
tarde, esos padres, pronto estarán ante el psicólogo del Colegio recibiendo cátedra
de cómo es que debe criar a sus hijos en este mundo congestionado y lleno de
ejemplos perversos para las nuevas generaciones.
En fin, es un tema que ocupa la
atención de medios, ¿hasta cuándo?, no lo sé, mientras tanto, desde la
distancia agradezco a todos los padres de familia por la forma y los medios que
utilizaron para mostrarnos la realidad de la vida y a respetar a nuestros
semejantes, hoy sonreímos cuando recordamos la infinidad de anécdotas que deben
de existir huyendo al castigo que seguramente lo teníamos merecido, sonreímos
sí, porque eso nos permite a no estar en otro panorama, detrás de rejas
escuchando el sollozo de nuestros padres manifestando, hijo discúlpanos porque
no tuvimos la suficiente autoridad para hacer de ti un hombre de bien.
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