martes, 11 de septiembre de 2012

SHOW EN EL DÍA PORQUE EROS ESPERÓ LA NOCHE



SHOW EN EL DÍA PORQUE EROS ESPERÓ LA NOCHE

Las poetas invocan a Erato al caer la tarde a la entrada del Museo del oro

Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Locombiano
Pienso en la fruta morada,
sabrosa como agua de hibiscos.
Agua de Jamaica, de Jaramillo.
Tengo la lengua afilada como un estilete.
Un ojo que ve y otro que no.
Y la boca del volcán sujeta a mis palabras.
En el Poema Agua de Jamaica. Melisa Machado. Uruguaya*

En Filandia las mujeres amanecieron de sandalias y vestidos de colores. Es miércoles un día de paseo para que la poesía baile sus ojos por Salento, Circasia, Montenegro y pruebe el sabor y olor del café suave de Colombia en el Parque Nacional del Café, Panaca. John Jairo abrió las puertas del bus a sus 33 viajeras de las nubes y los cafetales verdes con aretes rojos.

Al llegar la comitiva recibió de manos de José Fernando Ramírez una credencial llena de la decena de diversiones que pueden disfrutar. Podían ahora montar en el tren de la alegría, la montaña rusa que acelere sus emociones, en el teleférico que las lleve por los aires besando a las nubes blancas que anidan sobre los guaduales, robledales y guayabos. Podían sentarse y conversar, descansar de tanto echar versos en cometas y planear la jornada de la noche.

Entraron a la sala oscura donde unas gafas especiales permitían ver en un video la historia de la industria del café. En la antesala se exhibían las muestras de los primeros molinos, las grecas con elefante o águilas y las cafeteras en que se empezó a servir en aeropuertos y supermercados el café hasta convertirlo en bebida de exportación.

Después de almorzar en la Plazoleta del Café sancocho y carne de res con sirope, regresamos ansiosos a admirar el espectáculo del Show musical. Un grupo autóctono de jóvenes con atuendo típico iba escenificando cada etapa de la evolución y comercialización del café con danza y música colombiana. Cada sketch parecía mejor y los aplausos eran más sonoros para las bailarinas y bailarines de academia. La contradanza, el pasillo, el bambuco, el rajaleña, el joropo, el currulao, la cumbia fueron señalando las etapas y regiones donde se cosecha el aroma y donde se toma al desayuno, a la media mañana, en la oficina o el hogar.

Al regreso a Armenia, la cantautora y poeta Martha Elena Hoyos había preparado con el Director del área cultural de Banco de la República una visita guiada al Museo del oro. Y luego vino el plato fuerte en el auditorio a las 8:00 p.m. Correspondía la fecha del “Café literario trilingüe” que cada mes convoca el Banco y la Alianza Francesa a literatos a debatir y dar lugar a la conversación y el disfrute del diálogo culto.

El Primer Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el país de las Nubes estaba preparado para una sesión de poesía erótica para lo cual su Directora había inscrito a 15 participantes. Xiomara Rodríguez, María Rosa Rzepka, María Clara González, Athena Ramírez, Ana Patricia Collazos, Beatriz Eugenia Gallego, Margarita Laso, Bibiana Bernal, Gloria María Bustamante*, Yahaira Pinilla, Catalina Vargas, Eliana Pulquillanca, Esperanza Jaramillo, Gloria María Medina, Rosario Ramírez y Marga López Díaz*. Cada una aportó  un pedacito de cuerpo en llamas.

Y remató la excelente cátedra erótica la joven poeta Paula Gallo* de Uruguay. En un resumen de diez minutos de su ensayo Voz en la Carne, nos reseñó el trabajo con que Laura Alonso, Melisa Machado y Mariella Nigro poetas jóvenes de su país, están desordenando el concepto de erotismo con su poesía transgresora y búsqueda de definiciones más allá del onirismo y lo convencional. Imágenes como bestias andróginas, plantas carnívoras, cuerpo material, vagina vegetal son algunas que refrescan el prado del erotismo uruguayo.

Para terminar el día el trío mendocino* de Paula Neder, primera voz, Walter Ulloa en la guitarra y Sebastián Garay, segunda voz, hicieron cantar a la noche con ellos en el teatrino al aire libre del BanRepública. Como si hubiera vino, al trío se unió Martha Elena con el bombo y al compás de sambas cuyanas todo el mundo cantó y en ronda alzaron sus pies y batieron palmas. Al filo de las doce horas la Luna nos invitó a dormir con ella con una almohada de metáforas y caras aplanadas de contentura en las camas que brindaron hospitalarias familias filandesas.


09-09-12                                           7:12 p.m.

No hay comentarios:

Publicar un comentario