CARLOS E.
CAÑAR SARRIA
Resultado de la Octava
Declaración Conjunta entre el Gobierno y el M-19, Carlos Pizarro Leongómez y
Antonio Navarro fueron los primeros en acogerse a los beneficios de la Ley 77
de 1989. Se anunció el desplazamiento de los dos comandantes del M-19 desde
Santo Domingo, Cauca, para establecer contacto con quienes firmaran el Pacto
Político y demás dirigentes nacionales interesados en la paz. Se daría vigencia
al pacto y facilitarían contactos políticos del M-19 para transformarse en
partido político legal y poder participar en las elecciones que se avecinaban.
Se explicaría el ideario del futuro partido para concretar la dejación de las
armas y culminar el proceso de paz. La Comisión Técnica de la Internacional
Socialista entraría a iniciar sus labores que incluían el inventario final de
las armas, municiones y explosivos de que se haría dejación, como hecho
preparatorio del acto en el que la Internacional Socialista recibiría las armas
y el material de guerra dejado en sus manos por el M-19.
El jueves 8 de marzo de l990, a
las 3 de la tarde, en el Campamento de Santo Domingo, Cauca, el M-19 hizo
dejación de las armas para convertirse en movimiento político legal. Carlos
Pizarro, conmovido, ante la orden de Carlos Erazo, ‘Nicolás’, expresó: "¡Por Colombia, por la paz, dejad las
armas!". En seguida Pizarro depositó sobre una mesa su pistola de 9 mm envuelta en la bandera de
Colombia. Minutos antes manifestó:
“Quizás es
más difícil para los que estamos aquí, que hemos vivido durante muchísimos años
en la guerrilla, hacer este acto simbólico y real de dejación de las armas, que
cualquiera de los combates que hemos tenido en el pasado. Pero creo que todos
sabemos que ante nosotros se abre la gran apuesta en la que nos vamos a jugar
la vida, donde nos vamos a jugar nuestros sueños, donde nos vamos a jugar
saltando al vacío y a cara y sello la suerte de Colombia. Nos enorgullece lo
que estamos haciendo, lo hacemos con la frente en alto, lo hacemos con la mira
puesta única y exclusivamente en la patria (…) Confiamos en nosotros mismos, creemos
en nuestra audacia, imaginación, en nuestra capacidad de crear caminos nuevos y
originales en un país donde casi todo el mundo camina al interior de la rutina
política o de la rutina de los dogmas y los esquemas. Creemos en nosotros
mismos y confiamos al Dios de nuestros padres la suerte del M-19, la suerte de
nuestro futuro político, la suerte y destino de Colombia, confiamos en que el
Dios de nuestros padres defienda una posibilidad de paz en Colombia y entierre
definitivamente la guerra civil que se cierne sobre nuestro país. El cierre del
ciclo infinito de las guerras civiles colombianas. (...) Con todos, ¡Atención
Fir! El M-19, en las manos de su comandante general, hace dejación pública de
la última arma en manos del Movimiento 19 de Abril, por la paz y la dignidad en
Colombia”.
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