Reinel Gutiérrez
Una política social y justa debiera ser, que cada día vaya menos
gente a las cárceles, a cambio de pensar en construir mega-prisiones como lo
plantea el gobierno ante el hacinamiento que hay en las casonas de reclusión.
Siempre se ha pensado que la solución a los problemas de la gente,
es asignarle un policía a cada uno para que no proteste, enviarlo a prisión, o
en el mejor de los casos, desaparecerlo.
En el pensamiento cotidiano, se alberga la idea que todos los que están
privados de la libertad son los malos, y que los que andan libres entonces, son
buenos. ¿Entonces por qué atracan, engañan, roban el presupuesto público, asesinan,
violan, y cometen tantos delitos? Porque tenemos una sociedad enferma,
enloquecida, desequilibrada y tormentosa donde solo unos pocos gozan de las
mieles de la fortuna, mientras millones se sobreponen al infierno de la
escasez.
Con la construcción de más y más cárceles, como política solucionadora,
todos los colombianos en un futuro estarán privados de la libertad, y es lo
objetivamente lógico. ¿Cuándo será el día que una prisión sea cerrada por falta
de personal que la ocupe? Como van las cosas nunca, porque el sistema de castigo
que opera desde hace muchos años, ya figura en la costumbre, el hábito, la tradición
y las leyes de nuestro país.
Colombia necesita mermar el número de presos, como también el de
enfermos en los hospitales, y aumentar sí el número de trabajadores y
estudiantes. Pero este es un pensamiento de avanzada social que bien puede ser
catalogado de terrorista, por lo cual quien lo comparta puede recibir un
carcelazo en hacinamiento.
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