domingo, 12 de agosto de 2012

TODOS A LA CARCEL


Reinel Gutiérrez

Una política social y justa debiera ser, que cada día vaya menos gente a las cárceles, a cambio de pensar en construir mega-prisiones como lo plantea el gobierno ante el hacinamiento que hay en las casonas de reclusión.

Siempre se ha pensado que la solución a los problemas de la gente, es asignarle un policía a cada uno para que no proteste, enviarlo a prisión, o en el mejor de los casos, desaparecerlo.

En el pensamiento cotidiano, se alberga la idea que todos los que están privados de la libertad son los malos, y que los que andan libres entonces, son buenos. ¿Entonces por qué atracan, engañan, roban el presupuesto público, asesinan, violan, y cometen tantos delitos? Porque tenemos una sociedad enferma, enloquecida, desequilibrada y tormentosa donde solo unos pocos gozan de las mieles de la fortuna, mientras millones se sobreponen al infierno de la escasez.

Con la construcción de más y más cárceles, como política solucionadora, todos los colombianos en un futuro estarán privados de la libertad, y es lo objetivamente lógico. ¿Cuándo será el día que una prisión sea cerrada por falta de personal que la ocupe? Como van las cosas nunca, porque el sistema de castigo que opera desde hace muchos años, ya figura en la costumbre, el hábito, la tradición y las leyes de nuestro país.

Colombia necesita mermar el número de presos, como también el de enfermos en los hospitales, y aumentar sí el número de trabajadores y estudiantes. Pero este es un pensamiento de avanzada social que bien puede ser catalogado de terrorista, por lo cual quien lo comparta puede recibir un carcelazo en hacinamiento.

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