Jhonathan Portilla, Daniel y David Guevara y Carlos Chaves en la Sala Beethoven
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Locombiano
Anoche cuatro jóvenes, Daniel y David, Carlos y Jhonathan fueron capaces de llenar casi por completo la Sala Beethoven de Cali. Lo hacen siempre las galas de la Banda Departamental y el Coro infantil y Mayor del Conservatorio Antonio María Valencia dirigido por Carolina Romero.
En la segunda temporada de conciertos del año, el Instituto Departamental de Bellas Artes presentó el acostumbrado evento de todos los “Miércoles de Beethoven 7:30”. Como ovejas que van al entrar la noche a su descanso fuimos llegando los amantes de la música al programa anunciado. “Concertinos Guevara”,decía el pequeño boletín con la foto de los cuatro jóvenes intérpretes.
En el escenario, con la presentación de Bernardo Mejía Director de Funmúsica, empezó el Concierto a las 7:30 organizado por una decena de estudiantes avanzados. Daniel, 1998, y David, 1992, Guevara García, ambos de Cali, en sus violines, Carlos Chaves Salazar, 1991, de Pasto en el tiple y el cuatro y Jhonathan Portilla, 1993, de Cali, en el bajo, apenas en la edad que llamó Rubén Darío, divino tesoro, ofrecieron un menú de música de cuerdas de esos que poco se ven en escenarios públicos.
El programa de mano anunciaba a autores y piezas colombianas de la vieja guardia. Música bailable de las que oían y ejecutaban nuestros abuelos y tatarabuelos. Por supuesto, era muy raro que unos jóvenes casi imberbes se ocuparan y se dedicaran a estudiar, leer e interpretar pasillos, bambucos, guabinas, fox, rumbas criollas y charrangueras. Ese era, precisamente, el picante y la miel que atrajeron la atención del público que acudió en esta oportunidad masivamente a disfrutar de las delicias de un concierto. Y mucho más si es gratuito.
Autores colombianos como José Revelo Burbano, Hernando Sinisterra, Jorge Luis Velosa, Jeremías Quintero, Álvaro Romero Sánchez, Sebastián Solari, Gentil Montaña, Terig Tucci, Milcíades Garavito, José A. Morales, León Cardona García, Camilo Bedoya, con arreglos de Juan Carlos Muñoz Alegría, Germán Moreno Sánchez, Fernando Silva y León García, fueron pasando por entre los violines, tiple y bajo.
Quienes tenemos algo de edad, los padres que fueron con sus hijos y los sorprendidos jóvenes que llegan a esta clase de “sonatas”, asistimos a un excepcional espectáculo para los oídos y la vista. Pudimos ver que este grupo de cuatro jóvenes, que llevan escasos dos años de trabajo juntos, han logrado integrar sonidos, tiempos, vestuario y gestos.
Como si fuera música que hubieran oído toda su vida y que hubieran visto bailar a sus padres con estos ritmos elegantes de paso largo y vueltas rápidas, iban interpretando La Perinola y la Cucharita, Joyel, Movete Negra, Edelma, La loca Margarita, Circunloquio, el Pereirano. Daniel, de vestido claro, lo mismo que Carlos, y David de negro al igual que Jhonathan, bailaban con sus instrumentos y les “sacaban” sonidos de maracas y silencios como para detener el cuerpo. Visualmente fue un espectáculo el concierto y los oídos seguían el movimiento de Daniel recostado sobre su violín.*1-2-3
Al final, el público de pié, no se cansaba de aplaudir a los cuatro divos. Como artistas experimentados, ellos, agradecidos, tocaron otro pasillo para recompensar las caras que los admiraban.
16-08-12 9:24 a.m.
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