Escrito por: Gustavo Andrés González V.
Para mí no cabe duda que mi exjefe
Elver Marino Montaño Mina, a quien me vi obligado a presentarle mi renuncia
como su Jefe de Comunicación finalizando el año 2010 por diferencias con él,
fue un verdadero desacierto en lo político, pero indiscutiblemente un gran
acierto en lo administrativo, esto no hay que desconocerlo, pues “el
desagradecimiento es el peor de los pecados y se termina pagando muy caro”
según palabras que le escuche decir un día al hoy presidente del Congreso, senador
Roy Barreras.
Esta cita la hago recordando un
dicho muy repetido por mi abuela que decía, “mijo a la sombra del malo el bueno
bien le rosea” y es que es muy común escuchar decir que la supuesta
viabilización por parte de la Administración Montaño fue un sofisma, sofisma
que replicó el contralor departamental Dumer Cifuentes Piamba, quien en
reciente informe afirmó que Puerto Tejada se encuentra entre los municipios del
Cauca fiscalmente inviables; sin embargo ante estas acusaciones, muchos de los que
desconocen la gestión de Montaño, han tenido que salir a defender el municipio,
con datos de sus mismos logros, lo que deja entrever un contrapunteo en lo
político, pero una misma identidad en lo administrativo.
Frente a esta situación es
imprescindible esclarecerle a la comunidad la verdad, pues no es válido que se
deje en entre dicho la situación fiscal del municipio y menos que se mantenga
la incertidumbre al respecto de su permanencia o no como ente territorial.
Desde mi perspectiva como miembro
de la administración anterior y en mi condición de periodista activo, es claro
que no es válido desconocer que se hizo una gestión administrativa, que
prácticamente salvó a Puerto Tejada, menos con argumentos tan ineficientes como
que prueba de que se maquillaron los informes, es que debido a que se mostró a
Puerto Tejada como un municipio rentable, no fuimos cobijados con ley de
regalías, argumento expresado incluso por ediles locales, lo cual para
cualquier persona que conozca medianamente cómo funcionan los recursos de la
ley de regalías, es totalmente alejado de la realidad, lo que si sería válido
anotar es que durante el cuatrienio pasado el municipio obtuvo un préstamo
aprobado por una entidad bancaria, la cual bajo la rigurosidad que trabajan los
bancos de nuestro país, fue aprobado bajo la garantía que el municipio se
estaba recuperando, logrando la inversión de 4.000 millones de pesos que fueron
utilizados en mejoramiento, recuperación y construcción de vías en el
municipio, una inversión que vale la pena reconocer y que fue producto del
esfuerzo fiscal.
Adicionalmente, ¿quién se atreve
a decir que a Planeación Nacional, que es una entidad con todas las condiciones
técnicas para analizar la real situación de los entes territoriales a los
cuales tiene que evaluar, se le pueden maquillar informes?, menos ¿quién se
atreve a pensar que esto mismo se puede hacer con el ministerio de la hacienda
nacional?, son ellos finalmente quienes aprueban, con el concurso de la Contraloría
General de la República, la categorización del municipio, la cual gracias a los
resultados de 2010 subió de sexta a quinta categoría, regresándose a sexta en
este año, sin embargo, en cumplimiento de la ley 617 de 2000 que establece el
marco fiscal y que determina que un municipio es viable cuando gasta en
funcionamiento menos del 80% de sus recursos propios, Puerto Tejada en 2011
gastó solo el 56.7% equivalentes $3.864.670.880, de $6.901.198.000 recaudados.
Lo cierto y realmente preocupante
es que media la incertidumbre entre los portejadeños que no sabemos qué pensar
frente a la magnitud de tales hechos, pues por un lado se dice que somos
inviables, por parte de una entidad tan respetable como la Contraloría
Departamental y por otra parte otra entidad que es la Administración Municipal que
nos merece el mismo respeto, dice todo lo contrario; considero yo que el tema vale
un debate político y público, promovido por los diferentes sectores y partidos
políticos que no solo deben aparecer en época de campaña, vendiendo a sus
candidatos que deberían pronunciarse vehementemente frente a estas
circunstancias, acompañados de sus congresistas (que no solo están llamados
aprobar reformas judiciales perversas como la ya conocida por los colombianos),
donde se aclare la situación fiscal del municipio y en aras de darle una
verdadera transparencia a dicho ejercicio, se debe invitar al exalcalde que
como buen conocedor de administración pública, podría aprovechar para defender
su gobierno de las acusaciones de las que viene siendo víctima, en complicidad
con su silencio otorgante, que deja el sin sabor de que quienes apoyamos el
proceso de Montaño Mina, no solo nos equivocamos en lo político, sino en lo
administrativo.
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