“LA LEGALIDAD ESTÁ POR
ENCIMA DE LA REALIDAD”
Por
Leopoldo de Quevedo y Monroy
Locombiano
América indolente,…
En tu piel color de
selva
se oculta la verdad
de un acertijo milenario,
cuando no solo por
ser mujer te hieren,
sino por ser india
te ejecutan la humanidad.
Del Poema “Dolor en
tierra”. Johana Osorio
No
se sabe si se ha puesto querella o denuncia, pero “puede haber un delito por
parte de los grupos étnicos”. Y serán judicializados. Así lo ha asegurado el
Procurador y abogado Ordóñez.
En
lenguaje sentencioso y oscuro el servidor público encargado de velar por la
conducta de los empleados del gobierno y sus dependencias, se ha ido lanza en
ristre con los habitantes colombianos más descuidados de todos los gobiernos. Se
refirió a “grupos étnicos”, a su autonomía y estatutos, según el cronista de El
Espectador. Y dijo que creía que debían ser judicializados. Sin fórmula de
juicio ya se les está señalando.
No
es de buen recibo que a seres humanos nacidos en Colombia, República unitaria,
se les trate desde lejos y ahora el señor procurador -que nunca los ha visitado
ni se ha enterado de sus necesidades y abandono-, venga a amenazarlos con
buscar si se ha cometido algún delito. La lupa de la presunción de inocencia se
distorsiona y sin probar ninguna conducta punible, ya se anuncia que habrá
juicios.
Buena
parte de las opiniones que se han tejido en estos días a propósito de la expresión
centenaria de los pueblos indígenas que habitan el sur colombiano se ven
teñidas de rancio desprecio y xenofobia. Parece que muchos no se percataran que
estas poblaciones nacieron y conservaron intacto el ecosistema de la gran parte
de la Amazonía. Que ellos fueron dueños y señores de esas tierras vírgenes que
luego reyes y conquistadores se las arrebataron con cédulas ad hoc, con la
firma “soberana” desde España sin que mediara la voluntad de los “indios”. A
ellos no se les concedía tener razón ni poder de dominio válido legalmente.
Eran unos seres sin capacidad de defenderse y no tuvieron la oportunidad de ser
vencidos en justa litis sobre la tierra que siempre “ocuparon”.
Aún
hasta hoy llega esa costumbre colonial e imperial de considerarlos. Se les mira
con conmiseración, como si fueran incapaces, como si no fueran colombianos con
iguales - o más derechos - que sus expoliadores a poseer la tierra y a vivir de
ella conforme a la cultura de sus mayores. Ellos tienen unos apellidos que
recibieron de su lengua y de sus Taitas. No tienen abolengos españoles ni sabor
a árabes ni a italianos. ¿Por eso se les quiere mirar por encima del hombro y
desde el trono de la autoridad y de la ley que estará a favor de quienes
siempre los han despreciado?
¿En
vano lucharán con garrotes, brazos inermes, bastones de mando, gritos en sus
lenguas nasa y awá, paez, huitoto y coreguaje contra el poderío de los comandos
modernos de la Esmad y ahora con la intimidante advertencia del todo poderoso y
santo señor de la Procuraduría? ¿Será que se repliegan a sus casas y se
declaran vencidos otra vez y su derecho de paz en sus territorios quedará
sometido por la fuerza bruta “antimotines” y la letra de la Constitución morirá
de noche en el papel herida por puñal como dos sus integrantes?
Los
oídos se resisten a creer que el señor Procurador haya dicho que la legalidad
está por encima de la realidad y de la sociedad*. No puede ser que el hombre y
la sociedad están al servicio de la ley. Tal vez es al contrario. Es la ley la que
debe estar al servicio de los ciudadanos más vulnerables que son todavía los
pueblos indígenas. “El sábado fue hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”, lo ha leído usted, señor
procurador.
25-07-12
8:19 p.m.
No hay comentarios:
Publicar un comentario