jueves, 21 de febrero de 2013

Santos a recuperar imagen


Por: Luís Barrera

Una campaña electoral es una competencia, y en todas las estrategias ganadoras se construyen con el procedimiento. El primer paso para recuperar el respeto y aceptación perdidos por los políticos es que exista “coherencia entre lo que piensan, dicen y hacen”.

El presidente Santos según las encuestas recientes ha perdido algunos márgenes de favorabilidad de los colombianos para una eventual reelección lo que ha prendido las alarmas en la propia Casa de Nariño, pues no estarían funcionando las estrategias de comunicación hacia la opinión pública sobre todo lo que se está haciendo y anunciando desde las esferas gubernamentales.

Y como estamos en un año preelectoral de cara a los comicios legislativos y el gobierno tramita importantes iniciativas y reformas, además deberá el mandatario definir oficialmente su aspiración reeleccionista, ya es hora también de replantear y estrechar más las relaciones con quienes hacen la política en las distintas regiones del país porque al fin de cuentas junto a los medios de comunicación son quienes orientan de alguna manera la opinión pública.

Los políticos al igual que los mandatarios deben comunicar qué hacen, cuándo lo hacen y cómo lo hacen, pero sobre todo por qué y para qué lo hacen. Y en esto tal vez radica la falla que ha originado el bajonazo en la percepción e imagen de favorabilidad del presidente Juan Manuel Santos.

El presidente ya está en campaña pero es tiempo de rectificar ante las adversidades y problemas que suelen aparecer a diario por toda la geografía colombiana. Es conveniente que se usen mejores estrategias pese a las inconsistencias de las encuestas antes que crezca el inconformismo que suele generarse ante las crisis.

Nadie pone en duda que el presidente tiene una oposición feroz que incluye a una izquierda radical y de la extrema derecha, militante y permanente. De otro lado los partidos de la Unidad Nacional no han sido contundentes en la defensa del gobierno y sus acciones. Pero en realidad es que al gobierno nacional le ha faltado mayor sintonía con los congresistas, dirigentes y líderes populares, hay que darles la importancia que se merecen como voceros de las regiones y gremios, al fin de cuentas son los que están en mayor contacto con las comunidades y las gentes.

Existen muchos anuncios en las inversiones públicas y obras que se enredan y demoran en la telaraña de la formulación, viabilización y contratación, lo que ha resentido las economías regionales. Y ahí hay fallas desde luego en la difusión del mensaje del Gobierno de sus acciones y ejecutorias.

De los ministros y altos funcionarios escasamente sacan la cara por Santos, el ministro de vivienda Germán Vargas Lleras, el ministro de trabajo Rafael Pardo y el director del ICBF Diego Molano Aponte y pare de contar. Parece que no hubiera ganas y entusiasmo en servir al pueblo colombiano con un presidente que tiene y está gobernando con ideas liberales, está demostrando ser un demócrata convencido y se atrevió jugándose su futuro político dialogando con la guerrilla más antigua y perversa del mundo.

Otra de las preocupaciones que más quebraderos de cabeza deben estar ocasionando a los asesores de imagen y comunicación en la Casa de Nariño es la escasa y poco fluida afinidad con los medios de comunicación. Y eso que santos es periodista y hombre de ideas y pensamientos claros. Siempre hay que optar por “la transparencia y accesibilidad ante los medios y la ciudadanía” es que la imagen de las cosas es más importante que las cosas mismas.

La imagen lo es todo, y éste no es un descubrimiento nuevo. Desde siempre hemos oído decir que la mujer del César no sólo debe ser virtuosa, sino que debe también parecerlo. O sea, que su buena imagen es la que da credibilidad a su virtud. Sin embargo, siendo esto tan evidente, en cada campaña electoral o mandato presidencial se pone de manifiesto que nuestros políticos y gobernantes suelen descuidarse en este aspecto y no son capaces de manejar su imagen pública con un mínimo de profesionalidad con los que realmente saben del asunto.

En hora buena el politólogo y publicista venezolano J.J. Rendón pasa a ser el nuevo estratega de comunicaciones del presidente Juan Manuel Santos. La idea es direccionar las comunicaciones del mandatario en tres temas: el manejo de su conflictiva relación con el expresidente Álvaro Uribe que tanto daño le viene haciendo, el proceso de paz con las Farc que se maneja con hermetismo y discreción, pero con incredulidad en muchos sectores y la posible reelección en 2014.

Hay quienes dicen que al gobierno le hace falta firmeza frente al embate de los extremos de la oposición. Por ejemplo, no ha hecho pedagogía del manejo del proceso de La Habana. En algunas regiones siente que este Gobierno es demasiado bogotano. Y advierte que en materia de seguridad no hay reacción. Se insinúa que el Gobierno ha sido muy blandengue con las agresiones de la subversión y las bandas criminales, pese a los positivos y valerosos resultados de las Fuerzas Armadas.

En el deterioro de la imagen de Santos hay que preguntarse qué tanto se debe por haberse atrevido a buscar la paz. Crece el número de escépticos frente al proceso de diálogos para buscar una salida al conflicto armado que se adelanta con las Farc y que ha generado toda clase de reacciones a favor y en contra.

Hay mucha protesta social sindical, la crisis cafetera, los altos impuestos, el fallo de La Haya, las marchas de los arroceros, la suerte de las reformas en salud y pensional, la rebelión de los godos, la inseguridad ciudadana, la desaceleración de la economía, la baja en la producción industrial, vías inconclusas y sin terminar, en fin, otros incendios que le toca ir apagando con mejores bomberos en su gobierno.

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