LOS PRESAGIOS Y ADEREZOS DEL HORÓSCOPO
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Loco-mbiano
El Oriente siempre ha logrado fascinar y deslumbrar a Occidente. Su arte, sus especias, sus aromas, la comida, su literatura colorida y su imaginación exuberante. Y también sus dioses, diosas, perfumes, atuendos y símbolos arcanos. Detrás de su cultura hay embrujo, enigma y un velo de misterio.
Huesos, pájaros, sogas anudadas, círculos partidos en forma de ponqué, tiaras con pavos reales, cabellos ensortijados, cetros, cuadros, crateras servidas, frascos de perfume, actitudes solemnes, grabados sobre paredes y vasos. Faraones, reinas, esclavos, militares en fila y en gesto de guerra o de fiesta.
Esta la ambientación perfecta para quien presenta a consideración un horóscopo. Como un menú ofrecido, la propuesta para augurar un porvenir exitoso o cubrir un desastre futuro, el adivino o profeta debe adornar bien su mesa, la sala donde atiende y el vocabulario con que asombrará a su cliente. Así tendrá credibilidad quien predice la suerte o escribe una receta de lo que será una vida marital o personal.
Pronosticar en lenguaje urbano o como gurú comercial o con plumas de cuervo sobre la cabeza o uñas de gato en la garganta no será de buen recibo. Pero decorar con ají, rábano o granos de sésamo y plumas de alondra amarilla y rociar con gotas de almizcle de olor a abeja reina, dará un toque de originalidad y exotismo. Eso es, ni más ni menos, lo que espera un aficionado encontrar en las predicciones de su vida diaria en un horóscopo. Nada que le dañe el día sino que lo convierta en bulevar rosado.
Horóscopo ωροσκόπος es una palabra griega compuesta de ora, período determinado de tiempo y scopeo, observar, indagar, que emplearon las astrónomos babilonios antiguos. La astronomía es una ciencia basada en la observación y medición del movimiento de los astros para deducir hechos sobre el tiempo, la temperatura y los efectos de su recorrido en la vida del planeta que habitan los mortales.
Algunos escritores con algunos conocimientos de astrología se han dedicado a pronosticar - sin validez científica - lo que podrá ocurrir, en general, cada día o cada año a los nacidos en tal período por la combinación de la confluencia de varios astros. Y, por supuesto, siempre habrá lectores y personas proclives a aceptar lo que tales adivinadores y especialistas dicen.
Obviamente los consejos o predicciones de los entendidos caerán como venidos de Venus o Saturno u Orión por quienes creen que la opinión de un tercero se acomoda a su destino día a día. Cuando no coincida con su gusto, pasarán la página y buscarán a otro gurú que les cambie el plato con que esperaban llenar sus expectativas.
Y así pasarán su vida durmiendo y esperando el día siguiente para consultar lo que le traerá el horóscopo, el paso y la posición de los astros y la opinión del experto en fabular sobre los aconteceres que sobrevendrán si se sujeta a lo que ofrece el arúspice por la observación del aleteo y el canto del cisne.
21-02-13 11:55 a.m.
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