Reinel Gutiérrez
Haciendo un leve juego con la N
de pan, e invirtiendo su escritura queda como Z con la cual se escribe paz, y
bastante tiene que ver una cosa con la otra.
Sino hay comida, y la población
pasa hambre, imposible que haya tranquilidad de cuerpo y espíritu lo cual debe
ser tenido en cuenta en el proceso de dialogo.
"Todo el mundo habla de paz pero
ninguno se compromete", dijo irónicamente el humorista y con toda razón.
Lo hace el prelado, el dirigente cívico,
el gobernador, el alcalde, el presidente, el senador, el diputado, el
campesino, en fin, todos, pero la guerra continúa.
Es difícil tomar parte, y el
ejemplo está dado desde la misma presentación de las comisiones de diálogo en
donde se advirtieron los roces. Luego se realizó la rueda de prensa por separado,
pero las grandes cadenas de radio y televisión de Colombia, cortaron cuando
terminó la intervención gubernamental, y no permitieron saber lo de la otra
parte.
En nuestro país hay muchas
personas que quieren que las cosas sigan como están, o sea con gran desocupación,
bajo nivel de vida, y las mentes distraídas con juegos, reinados, concursos,
drogas, y modas, siempre y cuando no recapaciten y pongan en peligro a los
dueños de la nación.
La paz es una señora de blanco,
de mucha pureza, de gran luz, que quiere entrar a muchas partes, pero se
resiste a hacerlo a las casas de cartón, a los lugares donde hay niños con
hambre, a las cárceles, a los centros educativos, mientras no haya el ambiente
propicio.
Todo no puede quedar reducido a
bonitas palabras, exhibición de poder, e intenciones, sino en realidades, en
las cuales no solo se depongan las armas, sino el egoísmo la envidia, y los
rencores.
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