lunes, 22 de octubre de 2012

¿Y LOS JUEGOS NACIONALES PARA QUÉ?


MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE

Frente a la descomposición social y falta de valores en la casa como en la escuela, y frente a la pereza de nuestros niños y muchachos que no quieren estudiar, los juegos nacionales deportivos son una gran oportunidad para padres y docentes.

Es la ocasión ideal para mostrarles a nuestros niños y jóvenes el rostro de los héroes de verdad, la cara de los guerreros y heroínas de carne y hueso que tenemos en Colombia, la valentía de los colombianos, la fortaleza de nuestra raza, y la gran capacidad de nuestras regiones.

El deporte tiene la virtud de convocar a grandes y chicos alrededor de competencias, y allí, en los podios de campeones, vamos a conocer a una multitud de jóvenes que a lo largo y ancho del territorio nacional se han dedicado día y noche, a prepararse con esmero y devoción para ser los vencedores.

Los ganadores no sacan sus victorias debajo de la manga, los que logren obtener una medalla y sobresalir en cualquiera de las competencias, lo harán como fruto del esfuerzo, las privaciones y la disciplina, así como de un acompañamiento familiar y estatal. Y eso hay que destacarlo a diario.

Es necesario reconocer a nuestros héroes y ponerlos en el pedestal para ejemplo de las nuevas generaciones. Es bueno que todos nuestros niños detrás de una pelota quieran ser como Falcao o James Rodríguez; y que las niñas pidan bicicletas o patines para practicar y hacer deporte como Mariana Pajoy o la patinadora Chichi Baena, entre muchos otros héroes deportivos que ya tenemos.

Los juegos nacionales ayudan a construir héroes, y éstos tienen un enorme poder en la sicología de la gente, sin importar las edades, la raza o el sexo. Y para nadie es un secreto que los héroes deportivos permiten construir, tener y mostrar modelos culturales de carne y hueso, para señalarles a nuestros niños una ruta, un ejemplo, un entusiasmo, un amor por el cual luchar.

El trabajo de mucha gente que ha hecho del deporte su razón de vida y logran triunfar a pesar de las limitaciones y el sufrimiento, tiene un poder sicológico y moral en la conciencia de los pueblos que muchos no alcanzamos a comprender. Los deportistas ganadores se convierten en modelos de vida, posicionan nombres, personas, marcas y regiones. Un ganador expresa la razón y la aspiración más deseada de una persona o grupo de personas.

Incluso el fracaso, la pérdida, o la derrota en el deporte, son ejemplos y modelos de cómo se debe aceptar el designio o un revés en nuestros niños; porque el atleta de alto rendimiento sabe perder y está preparado para ello, y su actitud es por sí misma, un ejemplo que incide en el pensamiento y la forma de actuar de la sociedad.

Será un honor ver las hazañas de cada uno de nuestros deportistas. Y esperemos que su ejemplo cunda para el resto de la sociedad. Que el ejemplo y la perseverancia de estos jóvenes, sean modelo para la construcción de una sociedad en paz, como la que todos anhelamos en el 2012.

Coletilla: llevemos a nuestros niños A MIRAR las justas deportivas, aunque sea por televisión.

Marco Antonio Valencia Calle
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