sábado, 27 de octubre de 2012

Democracia, presupuesto público y paz en el Cauca


NELSON EDUARDO PAZ ANAYA

El estado capitalista, propiedad privada, libre empresa, economía de mercado, soportado en gobiernos de corte liberal, “con aspiración de cimentar democracias políticas, igualdad jurídico-política, democracias sociales, igualdad de estatus, democracias económicas por la eliminación de los extremos de pobreza y riqueza, y en consecuencia, según lo anota Giovanni Sartori, politólogo italiano, por una redistribución que persigue el bienestar generalizado”.

En Colombia la teoría del Estado unitario trazada en la Constitución, presenta su contrapeso en la estrategia de la descentralización, en la autonomía de las entidades territoriales, en la participación ciudadana como forma de hacer equilibrio con los departamentos y municipios, para lo cual establece competencias, da facultades para implementar políticas públicas, y aparentemente permite al ciudadano intervenir en las decisiones que lo afectan, autoriza los planes de desarrollo locales, pero después, como lo dice el maestro Mario Mejía Cardona, docente ESAP, se pierden en el mundo del presupuesto público, que es un “Laberinto Fiscal”.

Este modelo tiene como instrumento de financiación el impuesto, la incorporación producto de la explotación y venta de sus recursos naturales, los cobros aduaneros, ingresos con los cuales debe diseñar y hacer el bienestar de sus coasociados, siendo fundamental al distribuir, buscar la construcción de equidad para aliviar las diferencias que la explotación de la propiedad privada, conocimiento, tierra, capital y trabajo, genera en la sociedad.

En el Cauca, según reciente “Comunicado de los Gremios por la Paz”, la situación es preocupante, indica que el modelo debe modificarse, basado en las cifras económicas registradas: pobreza real 91.7 %, desempleo real 47.6 %, la participación en economía real 9.3 %, señala además, el bajo presupuesto para inversión productiva.

El plan financiero del departamento del Cauca para la vigencia fiscal 2013, tiene los siguientes rubros principales: Ingresos Corrientes: $566.386’355.065, producto de los ingresos tributarios y de los ingresos no tributarios; Recursos de Capital: rendimiento de inversiones $2.611’269.420; fondos especiales: $784’739’420, para un total de ingresos de $569.782’364.387.

Los gastos de funcionamiento, gobernación, asamblea, contraloría, el fondo educativo departamental, SGP cancelación docentes FER, Fondo Departamental de Salud, servicio de la deuda pública, saneamiento fiscal, fondos especiales, inversión recursos propios, pro-electrificación rural, pro-desarrollo departamental, agua potable y saneamiento básico, cultura y deporte, transferencia cigarrillos, medio ambiente, escuela salud, inversión recursos corrientes libre destinación, suman el total de Usos y Aplicaciones, conforme los ingresos.

Conforme la Ley 1530 de 2012, no se incluyen los recursos asignados del Sistema General de Regalías, corresponde su distribución a otro “laberinto especial”.

El pronunciamiento de los gremios y el presupuesto del departamento, hacen reflexionar sobre los estudios de Pedro Pablo Morcillo, según los cuales, para el año de 1900, la nación, los departamentos y los municipios tenían un recaudo parejo del 33 %; se fue distorsionando, en el 2010, se encuentra establecido en 90 para la nación, 5 para departamentos y 5 para municipios, razón por la cual, en el Cauca, los ingresos propios de libre destinación corresponden al diez por ciento de su presupuesto, porcentaje menor en los municipios, consecuencia de la tendencia presidencialista, que genera un centralismo todopoderoso en el país.

Necesario cambiar el sistema; las Funciones de Coordinación de los Departamentos no se cumplen; se crean programas, se asignan pero no se presupuestan en debida forma, en un escenario crítico de sus ingresos, basado en licores, cigarrillos, automotores.

Si la descentralización, la autonomía, la participación, no se fortalecen, la democracia no será generadora de espacios de convivencia, confianza, seguridad para adelantar el proceso de paz, porque las inversiones necesarias para responder por el bienestar, no se encuentran.

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