EL GRAN RETO DE ROBLEDO A SANTOS
Senador Jorge E. Robledo |
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Loco-mbiano
"¿Qué queremos?
Que paguen menos los que ganan menos.
Y que paguen más los que ganan más".
Presidente Santos
Los empresarios, digo, los dueños de empresas, - que no es lo mismo hoy en día -, están que saltan en una sola pata de contentos con la propuesta que está en manos del congreso de lo que el presidente Santos no quiere que la llamemos Reforma Tributaria. El sonreído ministro Cárdenas, exjefe de Fedesarrollo también ha repetido que esto no es una reforma tributaria. Solo es un ajuste neutro, para acomodar cargas con la misma plata.
Sí, claro, será la misma plata la que circule, pero saldrá no de los bolsillos de los ricos dueños de empresas sino de los de siempre: del pueblo trabajador. De la clase media, de los pensionados, con 12 por ciento en salud, del IVA, de los que están ganando un poco más de tres millones. Esa será la plata que empieza a circular.
Pero habrá otra que ya no circulará, como lo acaba de revelar el senador Jorge Robledo. Él nos dice que ha leído con juicio el texto que el Gobierno Santos ha presentado con la venia y la sonrisa familiar de la Andi, Fedesarrollo y Asobancaria. Los dueños de empresas a cambio, recibirán rebajas y facilidades en sus impuestos y disminuirán su aporte al ICBF, Sena y Cajas de Compensación. En agradecimiento a este gran favor, se dice en voz muy alta, se aumentará el número de empleos en las empresas, hasta casi un millón en el próximo año.
El cacareo suena igual que cuando Uribe creó la ley 50 y expidió la ley 100 o el decreto de la flexibilidad laboral que rebajó las horas extras. Se dijo en ese entonces, que el ahorro para los empresarios daría más puestos de empleo. Pero el empleo formal jamás aumentó, o sea, que los empresarios se agacharon ante lo que se ha dado en llamar pomposamente su responsabilidad social. Queda ese mote solo para las cuñas de TV. Y nos llenamos de informalidad y nadie cotiza para una pensión.
La remuneración por el trabajo en Colombia es una de las más bajas del mundo, y para completar, el Mintrabajo ha propiciado y cerrado el ojo con los métodos leoninos que hacen los empresarios al llamar a Bolsas de empleo y Cooperativas de trabajo a que administren su pequeña carga laboral que cambia de cara y planillas cada quince días. Porque ese fue el camino para acabar con la seguridad jurídica laboral, con la complicidad de los sindicatos.
La promesa de Santos de que no habría reforma tributaria en su gobierno quedó en un discurso fofo, roto. Robledo ha tildado a Santos de mentiroso porque la propuesta que ha llevado al Congreso sí es una reforma, lesiva para la clase popular y que hará engordar aún más al gran capital. Robledo ha lanzado un doble reto. Si es cierto lo que dice Robledo, cita al presidente en nombre de la sinceridad a que renuncie y si es mentira que este proyecto es una reforma perjudicial para el pueblo y es altamente favorable a los verdaderos ricos, se compromete a renunciar a su curul. Como se jugaba el honor entre los espadachines, robinjudes, señores y cortesanos, Robledo ha retado a Santos. A Santos le toca recoger el guante.
Así también, el Congreso deberá leer muy bien el texto. Parece un plato muy bien servido, llevado en manos perfumadas y en medio de grandes alabanzas para su discusión. ¿Estará el Congreso por una sola vez a la altura de lo que la Nación espera? ¿O seguirá en su tarea de aprobar a pupitrazos y sin leer, cuanto le llega a sus oídos? ¿Para qué un Congreso arrodillado al Ejecutivo, sin seso propio, sin discurso lúcido, sin foro crítico, con lentas y semidormidas sesiones, con olor a platillo con ajo?
26-10-12 10:45 a.m.
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