Por: Santiago Zambrano Simmonds
Mientras que el Cauca se
desbarajusta nuestra clase dirigente se aparta más de un pueblo que clama que
sus elegidos contribuyan a generar soluciones transcendentales y no acrecentar
la división entre sus habitantes. Lo que han demostrado en esta crisis es que
son más electoreros que comprometidos, más inmediatistas que estratégicos, más
miopes que estadistas porque como decía Churchill “El político se convierte en
estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las
próximas elecciones”.
¿Pero qué les pasa si son gente
brillante, educada y capaz? , ¿Por qué sólo piensan en su grupo y no en un
Cauca Integral?, ¿Será que es el centralismo el que los apabulla tanto?, ¿Será
que es la codicia o la avaricia?, ¿Será que se creen estadistas cuando en
realidad su trascendencia no demora ni siquiera un tinto completo?
Inadmisible que sus egoísmos no
permitan sentarse en una misma mesa a trabajar por los reales problemas y a
hacer ejercicios prospectivos. Cada vez que tienen visibilidad utilizan esos
espacios para descalificarse mutuamente e inculparse por la suerte del Cauca.
Al Gobernador un hombre
competente y bien intencionado se le ve solo, indeciso, agobiado por la
situación, incapaz de hacer que funcione bien la convergencia que exitosamente
lo llevó al poder y sin una clara determinación de cobijarnos a todos sino a
unos pocos. Ojalá ésta soledad no sea otra treta de los parlamentarios para
subyugarlo pues ellos bien saben que de acuerdo al marco jurídico de la
constitución una gobernación exitosa depende en gran medida de las gestiones
extramuros que hacen los congresistas.
Al Senador Iragorri, el referente
de la infraestructura en el Cauca, sería mejor verlo acompañando al Cauca en
las grandes obras que nos permitan convertirnos en generadores de riqueza que
apolillándose en discusiones y en el trámite de pequeños proyectos.
Al senador García el jurista,
sería mejor verlo defendiendo desde lo jurídico las necesarias modificaciones
que debe tener la Carta en defensa del campesino mestizo que desgastándose en
reformas judiciales innecesarias e impopulares.
Al senador Salazar, el moralista,
sería mejor verlo defendiendo la familia caucana para que a estas les lleguen
de manera trasparente los recursos en salud, educación y nutrición que
minándose en recomendaciones en contra de su propia moral y haciendo
aspavientos de un vetusto gasoducto.
Al senador Velasco, el hombre
nacional, sería mejor verlo con mayor consistencia y consecuencia defendiendo
los procesos sociales del Cauca que cacareando asuntos que ni el mismo entiende
para volverse una figura nacional.
Al Senador Avirama, el
alternativo, sería mejor verlo construyendo desde el congreso procesos de
hermanamiento que verlo solapado defendiendo a un pueblo a través de la
intolerancia, que gústele a no pertenece a un departamento y a una nación.
A los representantes Sarria,
Piso, Bonilla y Cárdenas ¿Acaso dicen algo prospectivo?. Ellos están perdiendo
una gran oportunidad de trabajar mancomunada y estratégicamente en pro del
Departamento y se ocupan de pequeños asuntos.
Finalmente hay que agregar que a
pesar de la indolencia de la clase política lo que si no podemos permitirnos es
perder la esperanza que todo puede cambiar con ellos o sin ellos. Ojalá
recapaciten porque el Cauca despierta bajo la máxima de no permitir lo que decía
Marx: “El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para
oprimir a otra” donde aquí la primera es la clase política y la segunda todos
nosotros.
Popayán, julio 13 de 2012
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