sábado, 21 de julio de 2012

EMPUJAR A UN SOLDADO


Reinel Gutiérrez

El conflicto agudizado en el norte del departamento del Cauca, mostró unas escenas jamás vistas en el país, como el hecho que los civiles se dieran el lujo de empujar a los militares.

No es un acontecimiento común, mas cuando las fuerzas armadas siempre se han mostrado fuertes, decididas o inderrotables en toda confrontación o motín.

Pero lo ocurrido significa que el panorama en el país no es color de rosa, y que la agudización de las diferencias de clase provocan ese, y otros hechos. En Colombia hay gente indignada porque congresistas, magistrados, gerentes de entidades, succionan el presupuesto nacional con sueldos y pensiones de 25 millones de pesos y más, mientras la miseria de miles de hombres, mujeres y niños es desesperante. También por la discriminación, las componendas, la corrupción, la violencia, y todo tipo de atropellos contra las personas.

Qué tal que los miserables, la gente de la calle, los desempleados, los que no pueden ingresar a la Universidad, los explotados por los servicios públicos, y los desplazados les dé por empezar a empujar soldados. O que los carentes de vivienda, los afiliados a las empresas de salud, los vendedores ambulantes, y los estudiantes, empiecen a dar empellones a los policías.

Porque lo que hay que entender es que el "empujoncito", no es un simple acto de mala educación contra la persona del uniformado, sino el significado de un gran mal social que corroe el país en todos los campos. Seguramente que ningún colombiano tiene algo contra el recluta 0rtega, o el agente Quinayás, sino con el mal manejo administrativo de la riqueza nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario