EN ROLDANILLO LA POESÍA HACE MATRIA
La poeta Olga Elena
Mattei en su recital especial
Por Leopoldo
de Quevedo y Monroy
Locombiano
Apenas
llegamos ayer a la catedral que Omar Rayo levantó al arte en Roldanillo. Con
Águeda Pizarro a dos manos pintaron sus ilusiones y pusieron los ladrillos. Ya
van 28 años que en el pueblo se respira poesía y que el arco iris amanece sobre
el Museo Rayo.
A la 3 de la
tarde nos tocó asistir a un recital de ocho mujeres que hicieron ahogar las
penas de la Patria en el Cauca y que levantaron el ánimo por sobre la
esperanza. Tres jóvenes poetas de Cali, Gloria Edith Ocampo*, Daniela Vega
Guzmán* de Cajibío y Johana Osorio* abrieron el concierto de palabras. Sacaron
de sus bolsos poemas que eran gritos de libertad, que expresaban los sueños de
la juventud.
Pasaron
luego por el micrófono Berenice Pineda*, de Bello, con unos versos punzantes y
sonoros y María Tabares*, de Bogotá, con palabras que salían desde su falda
roja como pájaros. Juan José Madrid llenó la ronda con el nombre de Gloria
María Bustamante* y como cierva herida entonó su voz para tejer un canto a su
padre, Fanny Muñoz de Vélez, Santander y Marta Quiñónez* recordó a Rulfo en
ConvERsaCiONES en ComAla, enversadas.
El grupo de
las ocho se convirtió en el mejor regalo para quienes estábamos en las sillas.
Como en un concierto de gala, no hubo un solo desafino. Estas mujeres que
asisten a esta escuela traen sus cuadernos ya sin los borrones de su trabajo
bien elaborado y deleitaron con las imágenes, las metáforas sorprendentes y la
voz con timbre de soprano.
En la noche
la poetisa Olga Elena Mattei, de larga trayectoria, 4000 poemas y veinte libros
publicados y 41 inéditos, enalteció su condición de Almadre. Como abuela madre
de estos encuentros, dialogó con el público y atendió los ruegos de quienes
deseaban escuchar algunos de sus poemas estrella.
Para cerrar
la programación oficial del día el Grupo de Teatro Carnavalenguas presentó en
el Teatrino al aire libre del Museo un homenaje a la gran poetisa de Puerto Berrío,
Piedad del Carmen Morales, fallecida recientemente. Con emoción tejieron una
letanía frases e imágenes de quien fuera una alta feminista y defensora de los
derechos humanos de las mujeres.
Cuando se
acabó la jornada, poetas y visitantes, salieron y llenaron el parque que ya a
esta hora estaba fresco. Su arboleda batía sus hojas e invitaba a beber una
cerveza y compartir el abrazo y los comentarios del día. Al frente del Museo
las poetas con músicos que esperaban la llegada de esta hora cantaron, se miraron
a la cara y juraron que estas fiestas que pregonan la paz perdurarán y a ellas
asistirán cuando llegue el mes de julio. Mientras el gobierno reclama el
territorio de la patria, las poetan crean este remanso llamado Matria.
Cuando
escribo esta crónica me llaman porque va subir al escenario la poeta negra, María
Elcina Valencia Córdoba. Deberé irme para no perder oír su voz y ver su piel
brillante de pantera.
12 m
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