Reinel Gutiérrez
En Colombia se habla mucho de la anhelada paz, pero las personas
la ven desde distintos ángulos.
La paz es un estado de tranquilidad física y emocional a la cual
cada ser humano quiere llegar, pero se presentan grandes obstáculos que impiden
su logro.
La paz es conseguir que todos los colombianos tengan vivienda, que
no haya más gente en la calle durmiendo e implorando el alimento diario.
Es también el derecho a tener instrucción y capacitación en los
establecimientos de enseñanza y ante todo, educación.
De igual modo es salud, nutrición, y mente clara para actuar en
todos los campos, dejando atrás el rol de cliente que tienen los pacientes en
las actuales empresas de salud.
En un estado de paz no deben existir los negociantes que manipulan
la fe y la creencia, y que llenan de terror las mentes y corazones con
supuestas catástrofes y cataclismos.
Tiene que suprimirse a los hábiles habladores que con engaños, dan
a entender que adivinan el futuro, y con rituales raros arreglan la suerte, y
el amor. Tampoco hay que permitir la intolerancia y la ocupación indebida del
espacio que le corresponde a los demás.
La paz no puede permitir violencia de ninguna naturaleza,
envidias, rencores, discriminación racial, y estratificación, ésta ultima que
vulnera la dignidad de cada cual.
Tampoco debe crear dioses con estrella, e ídolos adorables de la politiquería,
la farándula, y cosas por el estilo.
Para abonar el terreno, hay que ir nivelando con justicia el
factor adquisitivo de las gentes, para mermar esa gran brecha entre los desempleados
y ocupados en grandes cargos que devengan millonarias sumas.
La paz es un respeto de militares a civiles y viceversa, es la
eliminación de las cárceles debido a que no debe existir delincuencia, es
convivencia total, alegría, sensibilidad y solidaridad entre todos.
Mientras los habitantes de este país estén trabajando y
estudiando, habrá llegado esa tranquilidad deseada, y se habrá cerrado el paso
a grupos armados que protagonizan acontecimientos trágicos. En un ambiente de
calma se podrá otra vez volver a salir a la calle luciendo las cadenas y aretes
de oro, portar el teléfono móvil y el receptor de internet inalámbrico sin
miedo de ninguna naturaleza. Se podrá ingresar a la sacristía sin el temor de
sufrir algún abuso, la gente sonreirá en todo momento, estará dedicada al
deporte y la sana recreación.
En términos generales, ese es el significado de la intención del
conglomerado nacional que pretende conseguir que cesen los disparos, las
explosiones, la intolerancia, la arrogancia, y el odio entre hermanos, que por
falta de educación ha prevalecido, convirtiéndose en un hábito insano.
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