lunes, 17 de septiembre de 2012

Amparo López, dos décadas defendiendo la niñez quilichagueña.


Hace dos décadas en el barrio Morales Duque, Amparo López comenzó a liderar programas que benefician a los niños de manera incansable. Representante legal junta administradora de los hogares de bienestar de Santander de Quilichao y del Centro de Desarrollo Infantil CDI Semillitas del Samán (antiguo matadero municipal).

Foto archivo Proclama del Cauca
Los Hogares Comunitarios se han establecido como una herramienta invaluable para los hogares colombianos de los estratos sociales más pobres, satisfaciendo las necesidades básicas de nutrición, salud, protección y desarrollo individual de miles de niños.

Frente a ello, se han visto beneficiadas las madres de esos menores, en la medida en que la existencia de estos hogares les permite dejar a sus pequeños al cuidado de las madres comunitarias y FAMI (Familia-Mujer-Infancia), dejando tiempo para la práctica de actividades productivas a través de las cuales encuentran alivio a su precariedad.

Actualmente hay en Santander de Quilichao tres CDI que son: Semillitas del Samán (antiguo matadero), La Samaria y Paquitos ubicado en el barrio La Victoria.


Amparo López anunció que Diego Molano Aponte, Director Nacional del ICBF estará el próximo 4 de octubre en Santander de Quilichao inaugurando el CDI Semillitas del Samán y con el fin de promocionar una nueva campaña para la niñez de Puerto Tejada. Además, pasará revista a los CDI en el norte del Cauca, dando un parte de tranquilidad a las madres comunitarias y FAMI que continuarán dirigiendo estos programas pero que deben capacitarse para que se califiquen y cualifiquen.

Cifra importante: 180 madres comunitarias y 12 FAMI (atienden a las madres lactantes, gestantes y recién nacidos) existen en Santander de Quilichao, donde el 90% de ellas son técnicas en preescolar, y otras han terminado su bachillerato.

Se espera la vinculación de las madres comunitarias al programa de Hogares de Bienestar se haga mediante contrato de trabajo con las asociaciones y organizaciones comunitarias administradoras del mismo, y que su remuneración sea el equivalente al salario mínimo legal mensual. En consecuencia el impacto del pago de sus salarios puede resumirse así: Salario $566.664; aportes salud, pensión y riesgos profesionales $129.766; aportes parafiscales $51.000; prestaciones sociales $135.700; dotaciones $27.798; para un total mensual $ 978.728.


No obstante las bondades del programa, produce inequidad en lo atinente a la remuneración que deben recibir las abnegadas mujeres que en su condición de madres comunitarias deciden hacerse cargo del cuidado de los niños, pues más allá de la solidaridad, la situación se les ha convertido en una pesada carga que deben sustentar no solo con su esfuerzo personal, sino además, en muchos casos, con sus exiguos recursos económicos, a pesar que corresponde al Estado brindar su colaboración para el buen funcionamiento del programa.

Por último, Amparo López hizo un llamado urgente para que el Congreso legisle a favor de estos programas y sobre todo de las madres comunitarias, igualmente presentó una petición contundente, pero respetuosa, al gobierno municipal de Santander de Quilichao para que haga hincapié en programas de desarrollo de la primera infancia.

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