Por
Athemay Sterling Acosta
Abogado comunista, defensor de
los derechos, ex consejero y ex asesor departamental de paz en el Valle del
Cauca en varias administraciones del gobierno, ex candidato gobernación Valle
del Cauca, Colombia, candidato Senado de la República, director de Radio
Televisión Palenque, analista político y geo estratégico, profesor e
investigador científico universitario categorizado por Colciencias
“…Compañero Athemay, el Leviatán Político aparece en los rasgos y
cada uno de sus fenómenos son expresión de la realidad…” me decía en Londres un
camarada en un Pub donde conversábamos sobre la política y las posibilidades de
la paz en Colombia, con justicia social agregaba yo.
Tema de amplio debate en Europa y muy poco en Colombia. O casi
clandestino por el terrorismo de Estado imperante. Me apresuro en este colofón,
que debe causar preocupación a los grupos de investigación científica
universitaria en Colombia y entre el movimiento popular de los cuales hago
parte, para que se ahonde en este tema ahora que instalaremos la mesa de
negociación entre las Farc-Ep y el Gobierno del doctor Juan Manuel Santos en la
capital de Noruega, la bella y fría Oslo, y que continuará en la caribeña
Habana, en caluroso y amable Caribe.
Es como una combinación acertada de lugares y dispares opiniones
que al final sólo un acuerdo será su parto, luego de esta linda preñez en
silencio de unas conversaciones exploratorias entre dos partes en
confrontación: el Movimiento Popular vs el Estado Colombiano.
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Ya sabe la opinión pública internacional y nacional que este
próximo 15 de Octubre, tres días luego del Paro Nacional en Colombia, se
reunirá en Oslo, Noruega, la mesa de instalación de conversaciones hacia el fin
del conflicto entre las Farc-Ep y el Estado colombiano, para luego el 17 del
mismo mes, es decir, ya mismo, expedir la declaración de las partes de lo ahí
acordado tal como se planteó en el acuerdo general. Y seguir luego en Cuba
Libre el desarrollo de ellas en el marco de un contexto concreto nacional e
internacional.
De lo que se trata hoy es plantearle a ustedes las formas en que
se expresa la situación política actual en Colombia y en el mundo para conocer
el contexto de estas conversaciones, es decir, plantear los rostros de esta
realidad que se transforma diariamente y que la conocemos siempre en sus
rasgos, en su apariencia, en los fenómenos de diversa índole que mostraremos
poco a poco, pero que en última instancia reflejan una esencia, una realidad
que en documentos pretéritos hemos explicado y que conoce la gente de aquí y de
allá.
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Partimos del hecho de alta-preciar que el sólo hecho de existir ya
un Acuerdo General (1) para el fin del conflicto en unos diálogos con vida
jurídica para que no haya malos entendidos por leguleyos que quieran ser
palanca atravesada a la rueda de la Paz con Justicia Social y quienes les gusta
que todo esté legalizado, ya existe la Resolución 339 del 19 de septiembre de
2012 donde el Ejecutivo Nacional da vida jurídica al diálogo de paz con la
insurgencia.
Todos los diálogos, negociaciones y conversaciones entre la
insurgencia y el Estado colombiano siempre ha sido cada uno de estos eventos
guarecido jurídicamente, y además la Cláusula Martens (2) facilita que las partes
en contienda según el Derecho de Gentes pueda ahora sí concluir su tarea
histórica, pues así es el compromiso, no levantarse de la mesa hasta que se “acuerde
lo acordado”.
Este rasgo ya rompe los leviatanes para construir condiciones
favorables tanto legislativas, políticas, administrativas, culturales, sociales
y populares para que fructifique lo propuesto. Además de exaltar la voluntad de
las partes que da el estoque final a quienes quieren ser leviatanes y que
nombraré a continuación.
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Siempre es mejor conversar sin distracciones. Hay que hacerlo en
un ambiente favorable. Ya lo planteé cuando afirme en ANNCOL que “Colombia
pierde con la guerra y gana con el cese al fuego”. (3).
Y qué mejor que por lo menos, cuando se inicie ya en la Habana,
las fuerzas armadas constitucionales y las fuerzas armadas revolucionarias de
Colombia hayan acordado como un gesto bilateral, que la Nación entera va a
aplaudir, y que hoy está exigiendo, se concrete como cuando Colombia gozó, un acuerdo
de tregua y cese al fuego bilateral, como en la etapa del gobierno de Belisario
Betancourt y que el mismo Estado rompió y César Gaviria remató con su guerra
integral contra el pueblo cuando bombardeó innecesariamente a Casa Verde allá
en la Uribe, Meta, a pesar de existir Comisión de Verificación de ese Acuerdo,
fue un absurdo político y militar del Gobierno de ese entonces, que sigue
siendo leviatán a suprimir en este Gobierno de un Santos, que dice “…no cometer
los errores del pasado…”
Evitaría desde ya costos innecesarios a la Nación, pues hacer la
guerra contra el pueblo, como gusta a los militaristas, cesaría, y posiblemente
hasta el PIB aumentaría, ojalá no en beneficio de potentados sino en progreso
social, para esa sea una condición material favorable para estos diálogos que
son ya un paradigma su resultado para toda la región.
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Leviatán grandísimo a evitar es la penalización y/o
criminalización de la protesta social, como ocurre en toda Colombia, cuando se
continúa desde las instituciones del Estado con montajes, aún con ejecuciones
extrajudiciales, detenciones arbitrarias y casi diez mil presas y presos
políticos y de conciencia que hoy mueren en las cárceles y que sus familiares
ni siquiera pueden visitarle pues son perseguidos también, y eso que
expresamente no hay norma jurídica que diga sobre la existencia del delito de
sangre que se aplica en Colombia. Este si es un leviatán muy grande que se
podría desde ya resolver, liberándolos y repatriando a los extraditados
arbitrariamente.
Pues no es justo que a la oposición política y al movimiento
popular en todas sus formas, vulnerando el Estado todos los derechos de ella y
en especial el 18 constitucional, que es universal también, haya tanta gente
privada de su libertad por el sólo hecho de ser oposición política y/o objetor
de conciencia.
Por ejemplo: indebida, arbitraria e ilegal es la detención de
nuestro director de ANNCOL Gabriel Pérez Becerra, quien con dos cirugías
represadas, bien enfermo, aislado en la Picota en la sección de alta seguridad de
la Eron, con montajes, testigos falsos, pruebas inexistentes, amaños de
parcialidad de la Fiscal y del Juez se le haya condenado a ocho años de prisión
por el sólo hecho de ser comunicador alternativo, sobreviviente del genocidio
político cometido por el terrorismo de Estado contra nosotros el Partido
Comunista Colombiano, la Unión Patriótica y el Movimiento Popular. Exconcejal
en varios períodos en nombre de la UP y el PCC, lo re-victimizó el mismo Estado
colombiano.
Por eso siempre he coadyuvado como abogado comunista defensor de
los derechos, la defensa aguerrida y sin miedo alguno que mi colega el doctor Rodolfo
Ríos Lozano ha impetrado en diferentes Instancias de las jurisdicciones
existentes en esta rama del poder público.
Es el momento de reiterar como siempre lo hemos hecho: LIBERTAD
INMEDIATA PARA JOAQUÍN PÉREZ BECERRA preso de conciencia en Colombia. Pues un
Estado que se precie de democrático, no debe ni puede tener presos políticos ni
de conciencia.
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Caso aparte y aberrante, error del pasado a reparar integralmente,
y no volver a cometer, es la extradición totalmente ilegal a Simón Trinidad,
pues él siendo de la oposición política esta sí armada, y como AUV y Gobierno
alguno en Colombia, nunca ha podido derrotar a la insurgencia colombiana, hizo
este presidente mal habido para la historia colombiana, un atropello al derecho
nacional e internacional, queriendo derrotar a quien no ha podido a través de
su amo los EEUU, extraditándolo, y este país imperialista que su Departamento
de Estado también me mantuvo privado ilegalmente de mi libertad, sindicándome
igual como “…enemigo de la seguridad nacional de los EEUU…”, es el momento hoy
que Simón Trinidad, comandante y negociador de las Farc-Ep debe estar ya mismo
repatriado y enviado libre a Oslo o a la Habana, para que los EEUU, quienes
impulsan, sufragan, negocian y usufructúan esta guerra asimétrica del
terrorismo de Estado contra el pueblo colombiano, cumpla con el Derecho
Internacional Público, devolviendo a través de la repatriación a un buen hijo
de la Patria, para que esté en la Mesa de Diálogos en procura del fin del
conflicto y la construcción de una paz estable y duradera como es el propósito
de las Farc-Ep, el Gobierno de Santos y también, lo más importante, es un
anhelo nacional e internacional.
Pues el conflicto social y armado colombiano junto al Israelí-Palestino
(4) son los más longevos y cruentos de la tierra, y se deben resolver.
Palestina e Israel sólo han realizado intercambios y acuerdos
humanitarios, y también están en procura en transformar ese conflicto en el respeto
a la autodeterminación y soberanía de los pueblos agredida también en 1948;
como en Colombia y América fueron agredidas en ese mismo año por el
imperialismo yankee cuando en la IX Conferencia Panamericana impusieron su
nefasta “Doctrina de la Seguridad Nacional”, eje rector de la política
colombiana desde que la oligarquía colombiana y los EEUU decretaran la guerra
civil asimétrica contra la sociedad y el pueblo colombiano que hoy queremos
superar.
Los Santos de todas las religiones y el Movimiento Popular
Colombiano: ¿Para qué más leviatanes?
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