Reinel Gutiérrez
Promovida por la Universidad del Cauca se realiza en Popayán una
"narratón", en la cual toman parte representantes de numerosos
establecimientos de enseñanza superior del país.
Esta ciudad es tierra abonada para sembrar la imaginación, la
fantasía, las ilusiones y los imposibles, porque las mentes atestadas de tanta
dura realidad, buscan un descanso, y quieren una recreación con ninfas,
encantos, embrujos, paradojas, e historias increíbles.
Los narradores entran en ese mundo de colores, sabores, rayos de
luz, bellezas, amores, envidias, desdichas y triunfos, que protagonizan seres
que en la vida real no existen.
Contrasta eso con los verdaderos cuenteros que ha tenido el departamento
del Cauca, y que inventaron grandiosas obras como "Casitas Azules",
"Brazo Seco", o "Ley de Alivio".
Ellos lograron mantener ‘encuentada’ y encantada a la comunidad
con esas y otras tantas leyendas que desde las tribunas, las sedes electorales,
y los clubes se verbalizan. Claro que desde el punto de vista cultural y
educativo, es muy meritorio lo que hacen las universidades, y lo que toca
diferenciar es un "hada madrina", y un "padrino político".
No es igual oír a un cuentero en campaña hablando de grandes proyectos de
empleo, vivienda, salud, educación, seguridad y progreso, a escuchar a un
estudiante divirtiendo a la gente con un trabalenguas que dice "Chicho
tenía una choza. Chucho le chuza la choza a Chicho con un chuzo".
Aunque en ambas situaciones el público se divierte, una tiene que
ver con los anhelos que no se cumplen, y otra con los que sí debieran
realizarse.
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