Reinel Gutiérrez
Los constantes escándalos que se registran, y en los cuales se ven
involucrados los religiosos, forman parte de la cotidianidad, y el manejo que
se les da es el mismo. Todavía en las cárceles de máxima seguridad no existen
los pabellones para curas que hayan sido detenidos.
Y los casos se repiten en Colombia, Estados unidos, Europa, Italia
y en fin, en todas partes, lo cual no es nada nuevo.
Lo curioso es que cuando uno de estos señores se ve comprometido
en abuso, la feligresía salta a dar un veredicto diciendo que es inocente sin
esperar la investigación que realice el fiscal o el juez.
De antemano se extiende un concepto de que el implicado es victima
de la injuria, la calumnia y la persecución.
A esto se agregan las jornadas de oración, las misas, y toda
suerte de ritos, además de movilizaciones de protesta. En el ultimo caso,
sucedido en Bogotá, una devota dijo "el padre no es culpable, pues no es
mas que mirarlo y tiene cara de santo". Lo malo es que el investigador judicial
no lo ve así, y cree que no es tan bendito como se cree.
Estos religiosos tendrían la libertad de hacer lo que quieran,
siempre y cuando no sea violación, y menos que se amparen en una religión para
posar de puros y castos. ¿Si un sádico acude al confesionario para arrepentirse
de un atropello sexual, y se encuentra con un "santo", que comete los
mismos actos, será absuelto? ¿Qué consejo le podrá dar?
La sociedad de apariencia tiene un manto celestial para quienes
poseen alguna tendencia diferente, y bajo el pretexto del celibato no exhiben
una novia, unos hijos, o una esposa, pero como seres humanos con ansias y
deseos, tienen que desahogar sus ímpetus de alguna manera. ¿Porqué solo hay
monaguillos y no monaguillas? ¿En qué pueden parar los rezos, las penitencias,
el viacrucis, el ayuno, los rosarios, para aclamar una presunta inocencia, si a
la hora de la verdad el implicado resulta condenado? Entonces no es prudente
adelantarse a dar un fallo colectivo. ¿La sociedad porqué no les ve la cara
angelical a los guerrilleros, narcotraficantes, paramilitares, drogadictos,
corruptos, y demás, para evitar que sean juzgados?
Para conservar la credibilidad la religión y sus impulsores, deben
depurarse, y escoger sus predicadores a personas que tengan la verdadera vocación,
y no individuos que aprovechando su investidura hagan cosas distintas a sus sermones.
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