miércoles, 11 de julio de 2012



PREPONDERANCIA DE UNA MULTINACIONAL DE EE. UU.
ANTE LOS MINEROS DE HECHO EN GUACHETÁ


Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Locombiano

“Según la Organización Internacional del Trabajo, entre 1995 y 2000 la tercera parte de los trabajadores mineros en los 25 países con mayor producción de minerales perdieron su trabajo. Las razones principales: la introducción de nueva tecnología y las grandes concesiones mineras que desplazan la mano de obra, que en muchos casos corresponde a la de mineros locales tradicionales...

“Las grandes empresas consideran que los mineros de hecho son ‘intrusos’, mientras que para estos últimos el otorgamiento de una concesión a una empresa grande significa ser despojados de sus tierras y medios de subsistencia. Aunque comienzan a verse ejemplos de relaciones más positivas, todavía surgen acusaciones de que los gobiernos y las grandes empresas mineras, a veces confabulados, obligan a los mineros en pequeña escala a dejar sus tierras.

“Se hace imprescindible que a nivel institucional se aseguren los recursos necesarios para que el Ministerio de Minas promueva la gestión del proceso de legalización, se delimiten las reservas especiales y se garantice el derecho de prelación de los mineros tradicionales.

“El cierre de ciertas actividades mineras de hecho constituye un problema de orden social, pues corresponden a actividades que desarrollan numerosas familias y, en algunos casos, de manera ancestral, por lo cual se requieren programas integrales y estructurales que ofrezcan una alternativa de trabajo y subsistencia a esta población. Los mineros de hecho invocan acciones judiciales, en particular la acción de tutela por la vulneración de sus derechos fundamentales.”

Este documento de 2010 de la Defensoría del Pueblo* pinta exactamente lo que está ocurriendo en este momento en el sufrido pueblo de Guachetá, Cundinamarca. Hace poco las inundaciones y siempre el olvido. Y ahora, el Gobierno mira con interés sus minas de carbón para otorgar una concesión a Imcoq, disfrazada de compra-venta a un particular, que quitará el trabajo de más de 40 años por parte de pequeños grupos tradicionales abandonados de toda asesoría y tecnología para asociarse y legalizar su trabajo.

Este municipio situado sobre una montaña de carbón, lejos del cuidado del Departamento y del Gobierno, ha sobrevivido en la pobreza y el frío. Explota artesanalmente la riqueza de su suelo y ahora el Gobierno en su inconsciencia quiere ceder esa Mina negra a unos aparecidos de Imcoq, empresa multinacional de EE. UU.

Como sucede también con los agricultores, el TLC con EE.UU. servirá solo a grandes empresas nacionales y extranjeras. Los pequeños usufructuarios de la riqueza de su patria chica, sin capacitación ni ayuda del gobierno colombiano, tendrían que ceder su sudor y tradicional trabajo a la maquinaria del poder yanqui.

¿Quién defenderá a estos sencillos y asombrados excavadores mineros con pica y martillo, de la voracidad y la “inversión extranjera” en una población débil y olvidada?


11-07-12 - 10:35 a.m.

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