sábado, 17 de noviembre de 2012

Historia de una conquista


Por Juan José Fernández Mera
Alcalde de Santander de Quilichao 2008-2011

Así como a los pobres, a los municipios pequeños nada nos llega fácil. La historia de la consecución para que Santander de Quilichao lograra ser una de las subsedes de los Juegos Deportivos Nacionales 2012 fue una gran aventura. Desde luego, la actividad del Atletismo, por su historia, por su papel protagónico en la entrega de medallas, por la necesidad de contar con un escenario técnicamente bien construido y dotado, se convierte en un atractivo, en la niña bonita que todos quieren tener y que finalmente solo uno alcanza.

Desde el mes de noviembre del año 2007, sin haberme posesionado como alcalde de nuestra municipalidad, fui invitado por el doctor Guillermo Alberto González Mosquera, gobernador electo del Cauca, para ese momento, a una reunión que se celebró en la ciudad de Bogotá con el en ese entonces Director del Comité Olímpico Colombiano y actualmente Director de Coldeportes, doctor Andrés Botero, reunión en la que además estuvo y promovió el periodista Víctor Hugo Lucero, y en la cual oficialmente expresamos el interés de que el Departamento del Cauca fuera sede de los Juegos y que, en especial, al menos, Santander de Quilichao fuera la subsede para las actividades atléticas.

Desde ese día iniciamos el camino y a fe que la lucha fue ardua, pues departamentalmente el municipio de Popayán también dijo que quería esa sede, a pesar de no haber estado en la primera reunión. Posteriormente, y por esas decisiones que a veces uno no entiende pero que se convierten en "salomónicas", los juegos quedaron regados en tres departamentos: Cauca, Córdoba y Norte de Santander. Las cosas así se complicaron aún más, pues Norte de Santander, con su gobernador y alcaldesa de Cúcuta a la cabeza, reclamaban también para ellos la sede de Atletismo. Estando así las cosas, en el año 2010, el director de Coldeportes para la época, Everth Bustamante, convoca a una reunión con gobernadores, directores de Institutos departamentales de deportes y alcaldes para definir lo concerniente a las subsedes para cada departamento. Nosotros, contando, porque así debo reconocerlo, con el apoyo del señor Gobernador, habíamos planteado que a Santander de Quilichao, por el historial deportivo de sus atletas y del aporte y brillo que en esta disciplina habían dado al país, por el gran número y potencial de jóvenes practicantes nos merecíamos esa subsede.

Para esa reunión nos preparamos con anticipación y, estratégicamente llevamos en nuestra pequeña delegación conformada por el director del IMDER, Erney Sandoval, el jefe de Planeación, Luis Gabriel Rojas Vélez, a nuestra gloria deportiva y mejor ser humano Norfalia Carabalí. Cuando dieron la palabra para que los municipios expusieran sus intereses nosotros arrancamos de primero: expusimos lo que significa el deporte del atletismo para las gentes de nuestra localidad, la importancia de que Santander, como eje regional, ante el biotipo de los habitantes nortecaucanos se convirtiera en el epicentro desde donde se pudiera facilitar la práctica en condiciones ideales de este deporte, dijimos que no nos importaban los juegos porque sí, sino que buscábamos que los juegos fueran el premio para el aporte que hasta hoy habían dado nuestros deportistas y que estábamos seguros de que la construcción de un verdadero estadio de atletismo en nuestra localidad abriría las puertas para contar con más y mejores atletas para gloria del país.

La intervención de Norfalia fue fundamental, cuando ella contó su historia deportiva, que no es otra que la de todos aquellos que un día corrieron en la "pista" del viejo y vetusto estadio de Betania, cuando emocionada mostró el trabajo serio y planificado que se viene adelantando con miras al futuro: desde el encuentro de gateadores hasta contar con la presencia del maestro Tom Téllez, eterno entrenador de Carl Lewis, brindando asesoría a los deportistas de nuestra región, solo entonces los demás asistentes quedaron perplejos, tanto así que la alcaldesa de Cúcuta, María Eugenia Riascos, en un alarde de generosidad recordó que ella también había sido atleta, pero que la diferencia con Norfalia era que mientras nuestro crédito ganaba ella siempre quedaba atrás y que por ello, como premio a la pujanza de nuestros deportistas, a su tesón por salir de la nada, ella retiraba la postulación de Cúcuta y sugería nos la dieran a nosotros.

Después de esas intervenciones todo fue fácil, fuimos por la sede de atletismo y salimos con las subsedes de Ciclomontañismo, Dawn Hill y Triatlón como premios, creo yo, a la fiereza demostrada para defender nuestros intereses.

La gran moraleja es que pensar en grande no puede asustarnos, y el gran reto no es simplemente celebrar los juegos, es cumplirle al país con nuevos y mejores deportistas.

Amigos, disfrutemos estos juegos y bienvenido el futuro.

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