Reinel Gutiérrez
Que el dinero no es felicidad pero que si ayuda en un noventa y nueve por ciento, comentan muchas personas. Y en efecto, que sirve para encontrar tranquilidad, mermar la ansiedad, conciliar el sueño, tener más calmados los nervios, y no esconderse cuando llegan los cobradores.
Pero el dinero corrompe afirman algunos, y lo confirman los que lo poseen, porque despierta el orgullo, la vanidad, la arrogancia y la humillación hacia los demás.
Tener o no tener, allí está el dilema.
El afán de todos está en conseguirlo, para comodidades y abundancia en muchas cosas, hacer realidad las fantasías ¿Qué se compra con el dinero? Se compran casas, edificios, carros, fincas, supermercados, almacenes, animales, muebles, electrodomésticos, barcos, trenes, etc. Pero con el dinero también se adquieren otras cosas como diplomas, certificados de lo que sea, fallos, y dictámenes. Se compran jueces, fiscales, médicos legistas, puestos, sexo, placeres, y hasta se pagan matones para que ejecuten a los enemigos.
El dinero sirve mucho, y se puede obtener de diversas maneras, por ejemplo, creando bancos, estableciendo cultos religiosos, narcotráfico, con empresas electorales, con un retén, una pirámide, o un prostíbulo.
En nuestro país, la corrupción necesariamente tiene que ver con el dinero, el cual se quiere obtener a costa del sacrificio de los demás, llevándose por delante toda ética, norma, moral, y buenas maneras, convirtiendo el medio ambiente en un verdadero caos.
El consuelo de los pudientes es amasar una fortuna, y el de los de pocos recursos, es creer que los ricos a pesar de todo lo que tienen, no son felices, y tampoco heredarán el Reino de los Cielos.
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