jueves, 14 de febrero de 2013



A CASAS REGALADAS SÍ
SE LES MIRA EL DIENTE


Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Loco-mbiano

Si yo quisiera regalar, - o usted -, un caballo, tal vez pensaríamos en este aforismo antiguo. Un caballo viejo o excampeón o de carreta de barrio de color bayo, no es un ser mueble, tiene sentimientos y hace llorar como aquel que cantó Armando Moreno. No les miraríamos los dientes porque sería una falta de consideración.

Pero que el Gobierno en su cacareado programa de vivienda gratis envíe a su Ministro Vargas Lleras a entregar unas casas degradadas, causa estupor y rabia humana. Hubo un programa con presupuesto, con interventor, con plazo de entrega. Había un terreno acondicionado con servicios, con áreas de acceso, zonas para recreación, comercio y educación. ¿O no?

Con gran pompa llegó el zar de la Vivienda gratis, que no pierde feria para lucir bien acompañado en los desfiles, a entregar en Pradera, Valle, la primera muestra de lo que será la campaña previa a posible candidatura presidencial del próspero señor Santos.

Pero, oh, sorpresa. Las 91 casas tienen una cabida exigua, casi miserable, diría Víctor Hugo. Ni que fuera una cuadra para que vivieran allí caballos, que no hablan. No le dio pena entregarlas con un memorando pegado a las llaves. Según el cronista de Semana.com, la Caja Comfandi que las construyó, permitió que se entregaran con estas salvedades:

“Se debe tener en cuenta que en el momento de hacer aseo a la vivienda no se debe mojar en exceso la losa, para evitar filtraciones que dañen los acabados del primer piso. Las familias debieron firmar un acta que previene se pueden producir fisuras debido a que la casa es “una construcción nueva que está sometida al acomodamiento de la estructura con el terreno mediante movimientos no perceptibles por las personas, que ocasionan fisuras normales en muros y placas similares a las que se presentan en el momento de un movimiento sísmico” “Se informa que por ser en mampostería estructural, es decir, sólo ladrillo, “los muros pueden presentar fisuras que se consideran normales y no presentan problema alguno en su estabilidad”.

Qué tal esto, exclamaría la presentadora de Noticias Uno. ¿Así van a ser las otras 909 mil casas que se están construyendo en tiempo récord, como las carreteras de Chinchiná a Manizales que es nueva y por cada lluvia que caiga hay que repararla o la que conduce de Buga a Buenaventura cuyos taludes se caen porque no fueron construidos con la pendiente debida?

Esta manera de ver la oferta del Gobierno se asimila a obras de caridad y por esto los adjudicatarios no pueden abrir la boca y con resignación y aplausos las deben recibir como buenos pobres. Así lo han querido mis amitos, Santos y Vargas. ¿Por qué será que alguien del gobierno siempre tira la piedra de un anuncio y luego se esconde y, en este caso, se ofrecen casas nuevas y se entregan ya averiadas y con peligro de desvencijarse por un buen ventarrón?

El proyecto empezó desde 2006 en el gobierno Uribe, pero la plata se perdió.* ¿Será por mala suerte que estas casas se dañaron? Si no se encargó Vargas de averiguarlo, Vargas Lleras se hizo el desentendido.

13-02-13                                       6:45 p.m.

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