martes, 26 de febrero de 2013



LA ANSIADA CAÍDA DE LA LEY 100/93


Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Loco-mbiano

“El Fosyga fue un fondo virtual, sin personería jurídica,
que nunca hizo lo que tenía que hacer.”
Ministro de Salud, Alejandro Gaviria.*

Todo el país lo esperaba. El actual sistema, si así puede llamarse a este enredo de Fosyga, sin personería jurídica y recaudadora de las cotizaciones y pagos de salud, de las EPS, IPS, y sus cuantiosas sedes, unas suntuosas y otras ubicadas en garajes y otras en papeles fantasma, se acabará. Eso es un gran alivio para una nación enferma de ese cáncer llamado corrupción.

La mente que fraguó esa ley 100 estaba disparatada, fue un engendro diabólico que hizo morir a niños, privó de la atención urgente a heridos, hizo esperar por meses una cita o una cirugía, puso en manos de los pacientes medicinas caducadas, hechizas o placebos. Fue una vena rota que inventó las llamadas puertas giratorias que permitían el re-cobro de cuentas, la sobrefacturación, el beneficio personal y familiar de quienes detentaban el nombre de las instituciones llamadas EPS o IPS y quebró hospitales públicos y de provincia.

Tuvieron que pasar 20 años para que los gobiernos entendieran que los dineros que pagan los trabajadores para su salud son sagrados y deben manejarse con guantes y desinfectadas manos. Que nunca debieron pasar por manos camufladas que hasta hoy se supo no había control porque el Fosyga que recogía esos fondos no tenía responsabilidad legal para administrarlos.

¿No lo sabía la procuraduría? ¿No lo sabían los Presidentes, los ministros de Salud, la Contraloría, la SuperSalud, la DIAN, la Contaduría General, la defensoría del Pueblo, los grandes medios de comunicación y de TV? ¿Cómo fue posible tamaña defraudación y descalabro en la cabeza a los cotizantes que pasaron parte del pago de sus sueldos y salarios a este infundio llamado Fosyga para que lo repartiera desde Bogotá a sus anchas y sin que nadie lo auditara? Ha llegado, por fin, la hora de que se establezcan responsabilidades por parte del gobierno a las llamadas EPS y las IPS y sus representantes. Ya Coomeva* anunció que pedirá la liquidación de ese monstruo que atendía en centenares de sedes y el cierre gradual de sus servicios.

A partir de esta reforma que se anuncia y que de manera inmediata se presentará al Congreso, nadie acudirá a pararse en una fila de una EPS ni se le recetarán acetaminofenes* ni paliativos de sus enfermedades. El POS se ampliará y los noPOS se añadirán al programa de los nuevos centros de atención de Misalud*, organismo que reemplazará a la multitud de casas de EPS y de IPS. Los hospitales públicos y los privados seguirán y recibirán directamente el presupuesto en los Departamentos.

De esta manera se acabará la manía que propiciaron las EPS de tener que tutelarlas para que practicaran una cirugía o suministraran un medicamento costoso. Los hospitales dejarán de reclamar inútilmente y de hacer paros para que las EPS giraran y las EPS, a su vez, que los hospitales les aceptaran propuestas de pago en acciones, como en el caso de Coomeva.

La ley 100 colapsó y sus mecanismos se trabaron. Llegó el momento de tomar una decisión salomónica que corte en dos el estado de la Salud. Atrás quedará la ley 100 y empezará a funcionar con mecanismos claros la nueva MiSalud con cubrimiento en toda la Nación. Un sistema parecido al ISS del cual deben retomar aciertos y experiencias que se trataron de aniquilar con la llegada de las EPS, las IPS y ahora con Colpensiones, otra pata que le nace al cojo de la Seguridad Social y que la Procuraduría ha tomado a su cargo para seguirle los pasos.

Coletilla: Ojalá este no sea otro anuncio del Gobierno y las EPS sigan siendo tentáculos de Misalud.* Veremos qué micos se le cuelgan al proyecto que se presentará a su consideración. 4:51 p.m.

25-02-13                         12:41 p.m.

*http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/salud/reforma-de-la-salud_12617081-4

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