domingo, 3 de febrero de 2013

MAGA


Rodrigo Valencia Q
Especial para Proclama del Cauca

(Imagen tomada de internet)

Maga, mírame. Tu cielo es mi cielo, me protege tu albor.
Tu ciencia es mi ciencia, algo estrella mi estepa de árboles muertos.
Corre un brillo, ímpetu aire, indago en la cima del profeta en quiebra.
Maga, déjame sin frío. El  largo pulso del río lleva mis huesos a la orilla.
Me come el pez de tierra, me vomita el cielo.
Tu espalda me libra del insomnio, el camino lo ha angostado la oscuridad.
Si acaso, Maga, no olvides que nací en invierno, de la nube llovió mi nombre a mis sandalias.
Ahora llevo un libro soterrado, como el silbido de la noche.
Húndete en mi sueño, desvístete en mi vino; oculto llevo un pensamiento recorriendo el sol.
Allá arriba tu fogata me refresca, tus enaguas de estrellas destilan néctar de la fuente.
Tu can olfatea la luna, tu venus es un monte de delicias.
No seas cruel, Maga; he visto tu noche parpadear en las metáforas, tu orín fecundar el valle.
Cualquier flor no nace en tus cabellos de fiesta; el oráculo es asiento solitario, un humo muere.
Boca silente, ábrete; quiero auscultar amapolas en tu reino, me basta tu aliento de abracadabra.
Maga, poseeré tu campana de oro, rasgarré la estrella en medio de tus pechos; un alfiler nace allí, punza mis dedos.
Cántame; silencia mis infiernos, ayúdame a brillar el trono; un murciélago devana mis sesos, frutos prohibidos llevo en el bolso.
Maga, subo por tu cuerpo, camino entre tus ojos, nado en tu sudor sidéreo; cartas proféticas hay en tus uñas y lunares.
Hay un pozo que me embriaga en tu pañuelo, el abanico lo oculta; alguien puede reconocerlo por sus tentadoras ofertas.
No lo dejes ver; sólo yo quiero ese derecho; egoista soy con esos caracoles sabios, no los dejes crecer delante de la puerta.
Iré solo, tocaré la ventana que se hunde: soy portavoz de los muertos, resucito con tu nombre secreto.
Maga, déjame trepar por tus collares. Un delirio muerde tu castillo, adentro hay fiesta sin disfraces.
Canto tu nombre, Maga. Soy tu esclavo, tengo el hacha lista, la bitácorta cerrada, cortaré mi cabeza.
De ahora en adelante me convierto en roca, pero no nacerá agua de la fuente. Soy un mago desaparecido.

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