EL CARBÓN EN SANTA MARTA ALEJA EL TURISMO
Por Leopoldo
de Quevedo y Monroy
Loco-mbiano
¿Qué se
hicieron los turistas que antes pululaban en el limpio mar de Santa Marta? ¿A
dónde se fueron las olas que alegres retozaban en El Rodadero, en Taganga, en
Playa Blanca y en la paz de la Bahía? Las espumas blancas, los veleros con
bandera de colores y los gusanos verdes ya no llevan en su lomo a chicos y
sirenas batiendo sus brazos y gritando de contento…
La
superficie del océano con sus crestas juguetonas está cubierta de una capa
cenicienta a causa de limo fino que dejan las toneladas de carbón morralla que
llega en pesadas barcazas y lo derraman en sus aguas, sin misericordia, a
cualquier hora del día o de la noche.
Las
fortalezas que impidieron el saqueo de los tesoros que poseen los samarios y la
invasión de los piratas ya tienen sus almenas vacías. No hay quien otee el
horizonte para ver lo que ocurre en los alrededores y en las cercanías de la
ciudad fundada por Bastidas. Ni los alcaldes ni los personeros ni las
autoridades ambientales cuidan el principal bien material natural que tienen
frente a sus narices.
Los
habitantes rasos ven con impotencia cómo su ciudad cada día va perdiendo su
lozanía. Los vagones de un tren van repletos por entre los turistas, con la
presa de la Drummont en su barriga. Llegan de las minas Cerrejón con la carga
preciosa y se la llevan para el exterior a cambio de unas regalías miserables.
El retal, la escoria, los desperdicios los cargan los concesionarios de las
multinacionales en barcazas de 3000 toneladas y lo depositan callados en el
mar, a poca distancia de los manglares y de la ciudad.
Quiso la
mala suerte para quienes arrancan la riqueza del subsuelo patrio y la buena
suerte para Santa Marta que una barcaza tuvo un accidente y se volteó ante la
mirada atónita de la ciudadanía y de la autoridad amañada. Nadie lo previó y
ahora los responsables no pueden ocultar el daño continuo que estaban llevando
a cabo.
El perjuicio
ambiental es sumamente grande. La Universidad Nacional y la de Cartagena han
investigado cuál es el grado de contaminación y cuáles son las sustancias
letales que contienen estos polvillos
de carbón que vierten las numerosas barcazas día a día en el océano.
Jesús
David Pacheco en la tesis presentada dice: “El carbón es una de las fuentes de
energía más utilizada, su uso es globalizado y está muy ligado con el
desarrollo industrial, sin embargo, es considerado como el contaminante de
fuente de energía fósil más importante del mundo… pudo concluirse que el
polvillo de carbón es una sustancia potencialmente citotóxica al mostrar una
CL50 menor a 10 mg/L, indicando el grado de peligrosidad de dicho material,
especialmente para los ecosistemas marinos y/o estuarinos (hábitat de A. franciscana)”.
*
¿Cómo
reparará la Drummond a Santa Marta por contaminar su mar alterando el ambiente,
las condiciones de la pesca y lo que esto significa para pescadores y personas
que ingieren los productos que sacan? ¿Cómo resarcirán al comercio y hoteles el
alejamiento del turismo? ¿Cómo responderán por la muerte de corales, manglares
y especies marinas?
07-02-13 11:54 a.m.
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