Reinel Gutiérrez
La junta médica es un procedimiento especial durante el
tratamiento de los pacientes en los centros asistenciales, y se hace sobretodo
cuando hay casos difíciles de abordar, y sobre los cuales es necesario tomar
conceptos diversos, para no cometer errores, y que el enfermo salga bien
librado.
Es de imaginarse lo que un paciente somnoliento, con efectos de la
anestesia, puede pensar de lo que dicen los quinces médicos que rodean su cama.
El, medio adormecido pero sin poder opinar ni moverse en el
postoperatorio alcanzará a oír expresiones como éstas: “Yo creo que tenemos que
abrirlo otra vez”. “No, dejémoslo así”. “Es que se me quedó una pinza adentro”.
“Eso no produce alteraciones”. “Sí pero es que se descompleta el juego de
pinzas y el director se enfurece”. “En ese caso, descosámoslo”. “Dejémoslo así,
que después de varios años es que puede haber una reacción”. “Hace un tiempo me
pasó algo parecido, luego que la operación fue todo un éxito, y ya cerrado y
todo, eché de menos el martillo, y se me había quedado en el vientre. Hubo que
hacer cirugía otra vez pero a los diez meses”. “¡Ah, entonces no nos preocupemos
por esto”. “¿Le quitamos el oxígeno?”. “Dejémoselo un rato más, porque no está
respirando bien”. “Yo creo que no debe consumir tanto porque empobrece el
hospital, ya puede respirar por su cuenta”.
Un caso así puede pasar en nuestra amada Colombia, donde hay una atención
humanitaria, salud eficiente, médicos y enfermeras atentos y generosos, no hay
que hacer largas filas para pedir una cita, o marcar todo un día unos teléfonos
que nadie contesta, los enfermos no son tratados como clientes, o conejillos de
indias de los laboratorios y las empresas de salud tienen las medicinas que
receta el galeno. El gobierno puede pactar la tranquilidad con la guerrilla,
pero el caso de la salud no está en discusión y se cree que en asistencia médica,
está "todo bien, todo bien", como dijo ese gran filósofo, el Pibe
Valderrama.
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