martes, 30 de octubre de 2012



DE CASTIGOS ELÉCTRICOS Y OTROS PERMISOS


Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Loco-mbiano

“Toda persona tiene derecho a la vida,
a la seguridad de su persona
y a no ser sometida a torturas ni a tratos o penas
crueles, inhumanas o degradantes.”

“Los funcionarios superiores asumirán
la debida responsabilidad cuando tengan,
o deban haber tenido, conocimiento
que los funcionarios a sus órdenes
han cometido abusos
y no han adoptado medidas concretas al respecto”
Criterio para el empleo de armas no letales. Julio 2009.*

Hay muchas noticias en estos días sobre el fuero militar que se debate en el Congreso y del cual hablan mal organismos internacionales de Derechos Humanos, de los desmanes de los uniformados y sus comandantes, como en el caso de Diego Felipe Becerra, el joven grafitero o la agresión a una periodista que trabajaba. Y ahora un nuevo ingrediente se suma a este caudal de noticias de nuestras fuerzas del orden y la justicia.

No lo podía creer. Lo vi en la televisión colombiana en un noticiero. Tal vez en Caracol o CMI y Noticias Uno que son los canales que más veo. En la era más adelantada de la cultura mundial. En el país con la Constitución más progresista en materia de derechos humanos. El general León Riaño, comandante de la Policía Nacional anunciaba que ya es legal el uso de armas letales moderadas en los disturbios y manifestaciones populares con una resolución recientemente expedida. En las marchas indígenas, de sindicatos, de estudiantes.

Estará permitido el uso de gas pimienta, granadas de mano con emisión de agentes irritantes y/o lacrimógenos, cartuchos de 37/38 mm para fusil lanzador no letal, con perdigones de goma o cápsulas de gas irritante y otros que se determinen en guías o manuales de procedimientos antidisturbios, como el bastón, o aspersores individuales de gas pimienta, según necesidad y criterio táctico del comandante de la unidad, como agentes de represión de disturbios, bombas de peste, materiales antitracción, agentes oscurecedores, espuma adhesiva, sustancias químicas antimateriales, calmantes, convulsionantes, incapacitantes.* En realidad estas sustancias y el criterio para usarlas data de 2009 en documento firmado por el Presidente Álvaro Uribe, el Ministro de Defensa, Gabriel Silva y los generales Oscar Naranjo y José Roberto León Riaño.

Estamos a la par con épocas oscuras y organismos tenebrosos que oímos como la KGV y la Gestapo hace ya más de 50 años. La milicia no se ha humanizado. De nada sirvieron las experiencias en campos cerrados de concentración en los gobiernos del tercer Reich y del padrecito Stalin. La crueldad y la tortura refuerzan sus criterios.

Huele, entonces a tortura oficial, a procedimientos indiscriminados a criterio del comandante de unidad con sus amaestrados subalternos según el calor de la reyerta y la subida de la sangre a la cabeza. No será en privado, sino a la vista de todos en las calles y plazas.

La prensa escrita no ha gastado tinta para dar a conocer estos nuevos adelantos de nuestra fuerza policial para cumplir su mandato de preservar la vida, honra y bienes de los ciudadanos. Sin embargo, estos no tan nuevos criterios y usos de aparatos y sustancias tienen un grave peligro para la dignidad, la integridad de la vida corporal y el goce de las facultades y libertad humanas.

En una marcha pacífica, en una protesta justa y constitucional, generalmente ocurre que elementos extraños, de cualquier extracción, se introducen a desordenar la expresión ciudadana y causan tumultos y escaramuzas. ¿No bastan los tanques, el agua a chorro, sus escudos, sus tácticas antimotines aprendidas en escuelas? Terror, miedo, silenciamiento es lo que se anuncia con el uso de estos mecanismos de tortura nada letales y sometimiento corporal ante la protesta.

Tendrá, entonces, el pueblo quedarse mudo, quieto en sus casas, aguantando la escalada de impuestos, malos salarios, inseguridad en las calles y el campo, la mendicidad, el desplazamiento, los ataques de los guerrilleros, paras y bacrines? ¿Acaso retrocedimos a épocas medievales, romanas o a regímenes de tiranía y escuadrones de camisas negras con SS y bastones convulsionantes y sustancias químicas en manos de quienes deben defendernos? ¿Cuánto costaría al Estado esta ingeniosa inversión?

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