FABIO ARÉVALO ROSERO MD
El fracaso de gobernantes y
dirigentes provincianos inicia cuando anteponen su mediocridad y mezquindad,
ante mínimas acciones de grandeza. Son prevenidos y sectarios, prefieren sacrificar
beneficios colectivos por intereses particulares, obrando bajo anacrónicos
principios de gobierno, cobijados por la llamada “politiquería”. Cumplen
deficientemente, con escasas o nulas posibilidades transformadoras de la
sociedad, pasando a la historia por sus miserias.
Ejemplo de ello es el proyecto de
Juegos Nacionales para el Cauca. Desde el 2002 fue concebido como una propuesta
ambiciosa, transformadora y con grandes posibilidades de desarrollo en diversos
frentes, y no como el adefesio en que terminaron convirtiéndolo incompetentes
dirigentes. Es lastimoso que personajes que son más antítesis de un buen estilo
de vida estén de manera contradictoria manipulando una propuesta que debería
darle verdadero desarrollo a la región. Pero más aun transformarla
culturalmente casi de raíz.
Es inaceptable que la
incoherencia frente a un modo de vida activo y saludable, se imponga al
relacionar este proceso con actores sedentarios, de papada enfermiza,
prominente barriga, obesos e imagen incompatible con el deporte, enviando
confuso mensaje a la comunidad. ¿Será que la prioridad es su propio negocio e
intereses personales, antes que logros colectivos como originalmente se
concibió? Profesionales valiosos, coherentes, “pilos” y competentes los hay de
sobra, pero no dispuestos aceptar las condiciones de la vieja política, con
poco interés en un generoso desarrollo social.
Conseguir esta sede fue arduo
trabajo de unos seis años, hecho exclusivamente por el suscrito con inversiones
personales de todo orden hasta el 31 de marzo de 2008, fecha límite. En la
región antes de vencerse el plazo, nadie tuvo mínimo interés por trabajar para
conseguir esta adjudicación. Hoy es fácil identificar a gobernantes y
dirigentes de doble moral, que aprovechan, para “ganar indulgencias con
padrenuestros ajenos”, haciendo daño al proyecto, maltratando a la comunidad y
desconociendo el legítimo trabajo de aquellos capaces de hacer gestión exitosa.
La envidia los carcome, los enferma ante su propia incapacidad. Son los mismos
infames que hoy a usted le dan la espalda y que mañana la vida los obligará a
mirarle a la cara.
La grandeza de las personas se
mide por la lealtad de su corazón y la humildad de su alma, pero esos
personajillos están lejos de ello. Mejor estarían afectos por otras prácticas,
nada ejemplares y más antideportivas. Afortunadamente el mundo civilizado
evoluciona y el caso del dopaje de Armstrong sancionado ejemplarmente es una
muestra de ello. ¿Será ética y legalmente legítimo que quienes hayan hecho
trampa y delinquido a través del dopaje probado, ocupen cargos directivos en el
deporte en algún lugar del mundo?
Qué tristeza con el daño hecho al
proyecto original de juegos que mucho nos costó conseguir. A la comunidad la
engañan exigiéndole conformarse con las migajas que quedaron. Deportivamente
podrían salvarse consiguiendo mínimo 30 medallas con más de 10 títulos, por la
lógica de ser locales y para superar lo hecho hace 20 años. De lo contrario que
se ahorren explicaciones y disculpas, que solo confirmarán un fracaso y su
incompetencia. El Gobernador, debe estar muy atento, puede estarle creciendo el
monstruo por dentro.
Huyendo de nocivos dirigentes de
pésimos hábitos, veamos lo que si mejora nuestra vida:
Apostilla: Soy autor intelectual y gestor
de la propuesta de Juegos Nacionales. La presenté originalmente para el 2008,
pero en reunión en el 2003 con el Presidente Uribe, con testigos de alto nivel
se comprometió en darnos respaldo para los juegos 2012. Presenté de nuevo la
postulación el 31 de marzo del 2008 (día en que se vencía el plazo). Hasta ese
momento nadie mostraba interés en los juegos, hasta que el gobierno cumplió lo
prometido y fue confirmada la sede. El proyecto daba la oportunidad para transformar
la región en diversos frentes. La llegada de personajes con otros intereses lo
opacaron convirtiéndolo en certamen sin ambiciones. La historia juzgará el daño
hecho y la oportunidad perdida. Al menos deportivamente pueden salvarse,
logrando al menos unas 30 medallas, que dadas las condiciones de local no sería
difícil. Hace 20 años conseguimos 28 de visitantes. Nos queda la satisfacción
del cumplimiento al alcanzar la sede y haber generado cientos de empleos
transitorios, incluyendo a los oportunistas.
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