jueves, 5 de julio de 2012

PAÍS POLÍTICO VS. PAÍS NACIONAL


CREPITACIONES 2012

Por Lic. Javier Enrique Dorado Medina
Correo electrónico: jaendor70@hotmail.com

Después del tsunami político que sacudió a Colombia el pasado 20 de junio del presente año (fecha que debería declararse como histórica por el sentimiento de rebeldía que produjo en el pueblo lo sucedido en el “Honorable” Congreso, por la reforma a la Justicia), y una vez, medio conjurado por el discurso mágico de nuestro egregio Presidente Santos en la noche del jueves 21 del mismo mes, faltando un cuarto para las 11 de la noche, ya calmadas las aguas torrentosas y observando el panorama desolador que produjo en la conciencia nacional, da la impresión de que estamos en otro país más renovado, más oxigenado, como que nos hubiéramos quitado un lastre de encima, porque hubo una reacción popular de indignación nacional, libre y soberana, con el soporte de los medios de comunicación, y todos a una, hicieron el quite a tremendo complot legislativo, en contra de nuestra manoseada Constitución del 91, la cual, herida de muerte ese nefasto día, aún sobrevive para bien de nuestra patria.

Las consecuencias no se hicieron esperar y para demostrarlo, primero renunció el Ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, quien con toda la dignidad del caso, dimitió de su cargo, en un gesto que da pruebas de su ética profesional y su bonhomía, algo que no hicieron los 12 congresistas conciliadores, llamados desde ese día “los doce del patíbulo”, quienes, en mi concepto, también deberían renunciar por el bien de la imagen deteriorada del Congreso y de la salud política del país. Segundo, según una encuesta de la firma Gallup, publicada por la revista Semana, en su edición del 2 al 9 de julio del presente año, No. 1574, los tres poderes existentes cayeron estrepitosamente, de la siguiente manera: Presidente Santos, entre Julio de 2011 y Junio de 2012, del 67% al 48%; el sistema Judicial, entre abril de 2012 y junio del mismo año, del 34% al 26% y el Congreso, en el mismo período de tiempo, del 43% al 26%. Más claro no canta un gallo.

Vistas así las cosas, es obvio (como decía un personaje de nuestra política regional), el debilitamiento de la clase política, con Presidente y Congreso a bordo, mostrando este detalle el fortalecimiento de la opinión pública, dándole razón a las expresiones populares “ya no comen cuento”, “no tragan entero”, “ver para creer” y “por sus obras los conoceréis”. Es decir, el país político está en la debacle, en desbandada, en cuidados intensivos y para los próximos comicios electorales se las verán en calzas prietas para recuperar el terreno perdido. En cambio el país nacional, el puro pueblo, tiene la sartén por el mango, se hace ver y escuchar, se hace sentir, fortalecido ahora con el fenómeno tecnológico y social de las redes sociales, en un solo haz de voluntades, siendo capaces de doblegar imperios y de “tumbar” presidentes al estilo árabe.

La desazón política tuvo su prueba de fuego en las pasadas elecciones para elegir gobernador del Valle, cuando solamente votó la quinta parte del total electoral. Todo el mundo estaba cansado y hastiado de ellos. ¿Qué harán nuestros políticos ahora? Averígüelo Vargas.

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